Lotte Reiniger. Categoría: Película. |
Aunque Quirino Cristiani dirigió dos largometrajes entre 1917 y 1918, Las aventuras del príncipe Achmed es la primera película de animación que se conserva. Las tres, las dos argentinas que se llevó consigo un incendio y esta que nos ocupa, fueron creadas con la técnica cutout, la más habitual en la época para los proyectos de larga duración -hay que esperar a los años 30 para que se generalizara la animación dibujada a mano en ese formato-.
Tampoco esta obra perdura en su versión original, pues no se ha conservado ni una copia completa ni un negativo. Si podemos disfrutarla es gracias a la restauración realizada por el Deutsches Filmmuseum Frankfurt con la colaboración del laboratorio L’Immagine Ritrovata y el apoyo del BFI National Archive. Este último archivo es el que contaba con una copia de nitrato tintada de la versión con intertítulos ingleses, así que más que es una restauración al uso, es una reconstrucción que, para recuperar los intertítulos alemanes, empleó los documentos de la censura.
Ignoro hasta qué punto la restauración de 1999 refleja fielmente la obra original, pero lo que se conserva basta para apreciar el talento de Lotte Reiniger, animadora pionera en la técnica del cutout que se especializó en el arte de las siluetas. Lo que consiguió maravilla si se tiene en cuenta que aún estábamos en los inicios de la animación y que el stop motion con personajes recortados -aquí con cartulinas y delgadas planchas de plomo- era una técnica prácticamente recién nacida. Pero es que produce una rara fascinación incluso sin tener en cuenta el año de su creación.
Lo que vemos en Las aventuras del príncipe Achmed es una obra de enorme ambición que logra una admirable expresividad en las siluetas -sobre todo gracias al movimiento de los cuerpos-, que despliega una enorme dosis de imaginación en su galería de monstruos y demás criaturas fantásticas y que incluye escenas animadas de gran complejidad y asombrosa fluidez. Además, figuran breves toques de humor, como ese pasaje en el que hasta cinco mujeres se pelean por besar al príncipe.
A pesar de que no hay nada inapropiado para niños, será mejor apreciado por estudiosos de la animación que quieran conocer sus inicios y por cinéfilos que quieran descubrir una de las menos populares vertientes del expresionismo alemán. Este no es un ejemplo tan claro como los que contemporáneamente crearon Friedrich Wilhelm Murnau o Fritz Lang, pero sí es interesante comprobar cómo algunas de las características visuales del cine expresionista se colaron en la animación de Lotte Reiniger, que los reinterpretó de manera muy personal.
Nota: en algunas fuentes, Carl Koch figura como co-director de la cinta, pero lo único que sabemos seguro es que sí participó en su realización.