Harold D. Schuster y Hamilton Luske. Categoría: Película. |
Danny es la segunda película de Walt Disney Studios en la que la animación no es el medio predominante durante su metraje. La primera es la más lograda Canción del sur (1946), cuyo retrato de los personajes afroamericanos, no obstante, la ha convertido en la película que el estudio no quiere ya mostrar. Esta no incluye elementos controvertidos, pero es menos inspirada y popular. Por lo demás, comparten muchos elementos, pues también combinan imagen real con animación y participan los dos niños actores más queridos de Disney durante los 40, los adorables Bobby Driscoll y Luana Patten, que aun coincidieron en una tercera película de la compañía, Tiempo de melodía (1948).
Danny es una película Disney de manual: niños monos, un animal como personaje protagonista y una trama apta para toda la familia que cumple bien su rol de entretener. Otra cosa es que no sea de las más imaginativas de su filmografía y que no haya casi nada deslumbrante. Los pasajes animados, por lo pronto, son escasos y breves. Cierto que la animación es de primera calidad, como de costumbre, pero se nota que estamos en el periodo en el que la compañía de Walt Disney estaba en modo ahorro para poder finalmente financiar un largometraje enteramente animado, cosa que ocurrió con La cenicienta (1950).
En cuanto a las canciones, son todas estimables, pero no hay ninguna tan memorable como para alcanzar el estatus de clásico entre la discoteca Disney. ‘Lavender Blue’, adaptación de un tema folk del siglo XVII, es bonita y obtuvo una nominación al Oscar. La que da título en inglés al film, ‘So Dear to my Heart’, posee también todo el encanto de las bandas sonoras de la era dorada de Hollywood. Quizá la más recordada sea ‘It’s Whatcha Do with Whatcha Got’, pues por lo menos está acompañada de una secuencia animada más que aceptable.
Solo recomendada para estudiosos de los inicios de la animación y entusiastas de Disney.