1970: Cleopatra (Kureopatora)

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Cleopatra (Kureopatora)amazon

Osamu Tezuka, Eiichi Yamamoto.
CLEOPATRA (KUREOPATORA).
8/10

Categoría: Película.
Guion: Shigemi Satoyoshi.
Año: 1970.
País: Japón.
Género: Fantasía, Comedia, Aventura.
Técnica: Mixta, 2D, Anime, Rotoscopia.
Estudio: Mushi Production.
Idioma: Japonés.
Característica: Sexo, Violencia, Experimental, Aventurado, Sátira.
Duración: 1h 52min.
Clasificación por edades: NR-18.

Segunda entrega de la trilogía Animerama, concebida y producida por Osamu Tezuka, el padre del manga, como apuesta para adentrarse en la animación adulta, ámbito por entonces prácticamente inexplorado incluso en Japón. Sucede a Las mil y una noches (1969) y precede a la obra maestra Belladonna of Sadness (1973), ambas dirigidas por Eiichi Yamamoto. De las tres, esta es la única en la que Tezuka participa como productor. Su prestigio y popularidad sirvieron de poco: el film recibió críticas generalmente negativas y fue un fracaso en taquilla que contribuyó a la bancarrota de su compañía, Mushi Production. Nada de eso ha impedido que, décadas después, sea un clásico de la animación y una obra esencial para entender la evolución de la animación adulta en el anime.

La película deja claro desde el inicio tanto su enfoque experimental -la rotoscopia y la mezcla de técnicas son tan ingenuas como encantadoras- como su componente erótico: nada más empezar la parte que transcurre en el Antiguo Egipto no desaprovecha ocasión para mostrar pechos. Esto último está realizado de un modo tan deliberadamente burdo que parece un toque extra de humor, como si sus autores nos dijesen ‘sí, vamos a mostrar tetas regularmente’. Eso sí, los desnudos son solo una pequeña parte de esta propuesta y ni siquiera la más importante, lo que explica la decepción de los espectadores que acudieron a ella esperando un espectáculo pornográfico. Más sobre eso en la parte final de la reseña.

La estética es similar a la de Las mil y una noches, especialmente por el cuidado de los fondos y el diseño de los personajes. No obstante, aquí ya se aprecia una deriva más experimental que preludia la de Belladonna of Sadness. Además de combinar personajes de aspecto realista con otros de caricatura extrema típicamente anime, hay varios pasajes de lo más singulares. Pienso en los que ilustran los pasajes de sexo, reducidos a líneas casi abstractas; o en el que muestra la violencia de las tropas romanas, ilustrado con caricaturas que identifican a los contendientes por colores.

También hay otros fragmentos muy aventurados, como el central que muestra expresiones artísticas de buena parte del globo -de nuevo con rotoscopia- o el que bebe de las imágenes caleidoscópicas. Ignoro si esas escenas se deben a la voluntad experimentadora de los directores o a razones presupuestarias -la animación limitada o los dibujos minimalistas cuestan menos-, pero el resultado es siempre estimulante. Es ese aspecto el que contribuye a crear un film más cercano a las antologías que proliferan en la industria japonesa que a una propuesta convencional, pues tanto la narración como, sobre todo, la estética, parecen privilegiar la riqueza y la variedad en vez de la coherencia.

En el estupendo libro La imaginación tangible (2020), como parte de su análisis de Belladonna of Sadness, Jordi Sánchez-Navarro comenta también el film que nos ocupa, del que escribe: “es una extraña combinación de ciencia ficción, drama histórico y erotismo que, en el plano técnico, desafía cualquier intención clasificatoria, como se ve claramente desde su primera secuencia, en la que se superpone una animación de trazo simple y quebrado sobre imágenes de acción real, en una de las más osadas variaciones de la técnica rotoscópica jamás vistas en un largometraje ‘comercial’. Saturada de un desquiciado humor satírico construido sobre referencias anacrónicas y atravesada por un impulso narrativo libérrimo, en el que todo cabe, Cleopatra es una película sin forma definida, una suerte de jam sesión animada que recibió la unánime incomprensión por parte del público”.

Álvaro López Martín y David Heredia Pitarch, en su libro Las 100 mejores películas anime (2021), sitúan la película en el puesto 97 y escriben: “quienes conocen la obra de Tezuka saben bien que sus historias no se limitan a inocentes aventuras de corte juvenil. El ‘dios del manga’ exploró también las fronteras del sexo y Cleopatra se mantiene como uno de sus trabajos más notables en esta empresa, quizá como respuesta a la nueva ola del pink eiga (el cine erótico japonés) que empezaba a surgir en el país en esa época. Junto al evidente componente sexual, lo más llamativo de la película es el uso de distintas técnicas experimentales -muy afines a sus primeros cortometrajes-, que evidencian el afán de Tezuka por seguir evolucionando como artista cualquiera que fuese la ocasión”.

Por su parte, Fred Patten, la web Cartoon Research, incluye en su artículo sobre el film este recuerdo de sus andanzas estadounidenses: “en 1972, Mushi Production, desesperado para evitar la bancarrota, aceptó una oferta de un pequeño distribuidor de Estados Unidos, Xanadu Productions. (…) Cambió el título a Cleopatra, Queen of Sex y lo anunció como un film pornográfico. Xanadu nunca lo envió a la Motion Picture Association of America para una clasificación por edades oficial. Sin embargo, El Gato Fritz, dirigido por Ralph Bakshi, se estrenó con una calificación X [esta sí oficial] el 12 de abril de 1972, y Cleopatra, Queen of Sex, doblada al inglés, no fue estrenada hasta el 24 de abril de 1972, así que no fue la primera película animada considerada X. Fue un fracaso de todos modos”. Por lo visto, los espectadores que esperaban sexo y poco más acusaron a la distribuidora de publicidad engañosa y reclamaban su dinero a los cines.

Reseña Panorama
Puntación
8
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