Don Bluth. Categoría: Película. |
Tras el éxito de Fievel y el Nuevo Mundo (1986), es lógico que Don Bluth y Steven Spielberg quisieran repetir colaboración en otro largometraje animado. Esta vez, eso sí, George Lucas se incorporó como productor: imagino que no le vino nada mal al departamento de mercadotecnia a la hora de promocionar la cinta. Desde un punto de vista comercial, de hecho, el proyecto fue otro éxito.
Tal fue la popularidad alcanzada gracias a sus ediciones en formato doméstico que acabó por convertirse en un clásico y en el inicio de una franquicia que supera las diez entregas -ninguna de ellas comparable siquiera a la original-. En fin, antes de que el propio Spielberg lanzara la saga Jurásica y de que Disney propusiese Dinosaurio (2000), esta fue la película responsable de la renovada popularidad de los dinosaurios desde finales de los 80.
Desde un punto de vista artístico, en cambio, En busca del valle encantado no es tan satisfactoria. No mejora respecto a Fievel y el Nuevo Mundo en ningún aspecto y abandona en parte su tono algo más oscuro. Claro que esta no fue una decisión de Bluth sino de Spielberg, que cometió un error tristemente común en las producciones pensadas para niños: considerar que algunas escenas les resultarían un tanto escalofriantes.
No sé qué fue eliminado más allá de lo que se ha escrito al respecto -ataques del Tyrannosaurus y, en general, escenas con violencia-, pero por lo visto en la mesa de edición se quedaron diez minutos de película, muy posiblemente los más impactantes o los que hubieran contribuido a darle un tono menos infantil. La cuestión es que Bluth y Spielberg no volvieron a colaborar, así que el director no debió de quedar muy contento con los cambios exigidos.
Pese a las modificaciones, En busca del valle encantado es una estimable obra a la que le está sentando bien el paso del tiempo y que muy posiblemente guste a quienes adoren la animación tradicional. Es otro buen trabajo de Bluth que propone el que, en el momento de su estreno, era un original acercamiento al mundo de los dinosaurios. No faltan escenas de acción, algún que otro pasaje emotivo y varios personajes memorables, Littlefoot (Piecito) entre ellos.
Quienes sí quedaron satisfechos fueron los productores, empezando por Steven Spielberg. Animado por el éxito de Fievel y el Nuevo Mundo, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988) y esta película, fundó Amblimation con el firme propósito de ser un duro competidor para Disney, objetivo que no logró y que le llevó a cerrar el estudio de animación en 1997. En cambio, por entonces ya había fundado junto a Jeffrey Katzenberg la división DreamWorks Animation, que sí corrió mejor suerte, al menos durante su primera década.