Karl Geurs. Categoría: Película. |
Una vez que Disney abrió la veda de las secuelas con El retorno de Jafar (1994), que se convirtió en uno de los VHS más vendidos, la compañía puso en marcha una submarca, Disneytoon Studios, a la que relegó las segundas y terceras partes y las adaptaciones cinematográficas de sus populares series. La operación inició una de las vertientes más discutibles desde un punto de vista artístico, pero también de las más lucrativas, así que durante más de una década la actividad de este segundo estudio era mayor que la del principal, el que por entonces se denominaba Walt Disney Feature Animation. Algunos años llegó a estrenar cinco o seis largometrajes.
Este film puede verse como una de esas adaptaciones cinematográficas o como una segunda parte. Puede servir como desenlace o ampliación de Las nuevas aventuras de Winnie the Pooh, serie que Disney Channel y ABC emitieron entre 1988 y 1991, o puede considerarse la segunda parte del recopilatorio de cortos protagonizados por el oso amante de la miel que Disney estrenó en 1977, Lo mejor de Winnie the Pooh.
En lo que a la animación respecta, La gran aventura de Winnie the Pooh es claramente un producto con un estándar televisivo, así que parece que el estudio lo concibió como adaptación de la serie. De hecho, el director, Karl Geurs, fue quien más capítulos había dirigido y el guionista, Carter Crocker, escribió más de una veintena de episodios, así que ambos conocían bien la serie. Por otra parte, aunque la trama desarrolla una sola historia, no una suma de aventuras independientes, su ambición no va más allá de la de un capítulo, solo que de mayor duración.
Cierto que las adaptaciones de Disney de los relatos de A. A. Milne nunca se han caracterizado por su hondura emocional ni por ser particularmente sofisticadas, pero esta película apenas si mantiene nada de la genuina lógica infantil que tan encantadora resulta en las obras del autor inglés. De todos modos, por tediosa que sea la historia, lo más decepcionante es el escaso cuidado de la animación, que no es mejor que la de la serie, y los poco atractivos fondos: el guion de Lo mejor de Winnie the Pooh no es que nos tenga en ascuas por saber qué ocurrirá a continuación, pero al menos disfrutamos con la bella ilustración de la naturaleza.
Durante la década siguiente Disney produjo nuevas películas que transcurren en este mismo universo, varias de ellas dedicadas a sus personajes secundarios, pero hubo que esperar a Winnie the Pooh (2011), la dirigida por Stephen J. Anderson y Don Hall, para disfrutar de una bien contada y con una cuidada producción.