Antonio Navarro. Categoría: Película. |
Los Reyes Magos fue una de las dos películas de animación españolas, realizadas con un gran esfuerzo de producción y evidente vocación comercial, que coincidieron en la cartelera española en las navidades del 2003. Si que existiese una propuesta así de ambiciosa ya era inusual, que coincidieran dos en los cines españoles fue un acontecimiento tal que mereció incluso un reportaje en Informe Semanal. El otro largometraje fue El Cid: La leyenda (2003), dirigido por José Pozo.
El que nos ocupa se quedó muy cerca de los 500.000 espectadores en España y del millón en la Unión Europea, unas cifras muy estimables para un film no producido por una major. Eso sí, una de las pruebas de su potencial comercial es que la poderosa compañía United International Pictures (brazo internacional de Universal y Paramount) asumiese la distribución. Además, no debieron de escatimar en gastos con el reparto: cuenta con las voces de José Coronado, Juan Echanove, Imanol Arias y Javier Gurruchaga, entre otros populares actores, además de Iñaki Gabilondo como el sabio Baruch.
Para llevar las riendas de un proyecto de esta envergadura, los productores eligieron a Antonio Navarro, experimentado animador que, tras una larga trayectoria en series y películas europeas, trabajó en Amblimation, el estudio de animación de Steven Spielberg, antes de recalar en Disney, en plena era del renacimiento, para trabajar en películas como Hércules (1997) o Tarzán (1999). Después de esta experiencia, de hecho, fue requerido para otro ambicioso largometraje, Planet 51 (2009).
La pena es que este loable esfuerzo por crear una industria de la animación española no estuviese también acompañado de mayor ambición artística. No me refiero a la animación, que es bastante buena, ni tampoco a los fondos, que son estupendos en su mayoría. Me refiero sobre todo a la narración y al diseño de los personajes, claramente deudores del modelo Disney, de modo que no aprecio la personalidad de sus principales responsables.
Comprendo que con ciertos presupuestos arriesgar se torna menos probable, pero esta réplica del estilo Hollywoodiano es poco estimulante desde un punto de vista artístico. Algo similar ocurre con el guion, que confía poco en el atractivo de la historia bíblica y convierte a los Reyes Magos en verdaderos magos capaces de lanzar rayos, entre otros superpoderes. En fin, la parte visual tiene encanto, aunque la originalidad no sea su punto fuerte, pero aquello que cuenta no es particularmente interesante.