Trey Parker. Categoría: Película. |
Hay películas con marionetas estéticamente más deslumbrantes (Cristal Oscuro, 1982), que van más allá en mal gusto (El delirante mundo de los Feebles, 1989) o que han contribuido más decisivamente a popularizar el uso de estos muñecos (la saga de Star Wars, los Gremlins, ET…). Sin embargo, Trey Parker y Matt Stone, los creadores de South Park, propusieron un brillante y singular empleo de marionetas y les quedó un film casi redondo.
No les importa que se vean los hilos que mueven las marionetas, ni que estas en ocasiones muestren movimientos un tanto ortopédicos. De hecho, es evidente que lo quisieron así, porque la producción, por lo demás, es excelente: solo por ver el partido que le sacan a una colección de títeres, maquetas y demás artefactos ya merece la pena ver Team America La policía del mundo. En espectacularidad, explosiones y efectos varios, no tiene nada que envidiar a las superproducciones de Jerry Bruckheimer.
Esas aparentes limitaciones, en cambio, forman parte de su particularísimo encanto y llega un momento en el que esas criaturas manejadas con hilos parecen seres con vida propia. Es entonces cuando la parodia de las películas de acción resulta más efectiva, porque nos presentan a unos (anti-)héroes, a estrellas de Hollywood y a tiranos como Kim Jong Il convertidos en, sí, lo has adivinado, títeres manejados por hilos bien visibles.
En definitiva, desde un punto de vista estético y en el ámbito específico de los films con marionetas, es una de las más logradas obras, de las que más claramente muestran las posibilidades del medio cuando al frente están dos imaginativos autores.
Luego, por supuesto, el enfoque y el tipo de comedia comprendo que no sean para todos los gustos, porque ver a una marioneta vomitando durante varios minutos, por ejemplo, no hará reír a todo el mundo. Eso sí, quien disfrute con el humor de Parker y Stone, o quien nombre a South Park entre sus series favoritas, tiene el entretenimiento asegurado. Como de costumbre en ellos, no faltan las escenas provocativas y/o desternillantes -las destrucciones masivas, el sexo explícito, el falso árabe…- ni los ridículos retratos de estrellas, poderosos y dictadores.