Stephen J. Anderson. Categoría: Película. |
Descubriendo a los Robinsons es la segunda película de Disney enteramente realizada en 3D, tras la decepcionante Chicken Little (2005). Esta mejora un poco, pero tampoco es satisfactoria y se queda muy lejos de las mejores creaciones de un estudio que llevaba una década -desde el fin del periodo de renacimiento con Tarzán (1999)- muy irregular.
Adapta el libro infantil A Day with Wilbur Robinson, de William Joyce, pero de la publicación no toma el aspecto que más atractivo resulta: el estilo retro de las ilustraciones. Comprendo que no optasen por esa vía, pues implicaba volver al 2D justo cuando el estudio había decidido emprender el camino del 3D, pero es una pena porque hubiera sido una propuesta muy inusual en el ámbito de la animación comercial. A cambio, lo que tenemos es una estética 3D de lo más convencional, no muy estimulante y que ha envejecido mal.
Por lo visto, Disney renunció a seguir el estilo de William Joyce porque sabía que estaba participando en Robots (2005), lo que no deja de ser irónico puesto que este film acabó por parecerse al de Blue Sky Studios mucho más que al libro: véase Carl, el robot mayordomo, como más claro ejemplo de parecido razonable.
Tras la compra de Pixar por parte de Disney, John Lasseter pasó a ocuparse de la dirección creativa de ambos estudios, pero ni su implicación en la fase final de la producción, ni los muchos cambios que pidió -por lo visto, el 60% del largometraje fue rehecho- lograron evitar la sensación de estar ante una obra descafeinada que no sabe muy bien qué dirección tomar ni qué tono privilegiar.
2007 fue el año en el que llegó a los cines Ratatouille, por entonces la última maravilla de Pixar, pero una y otra película están en galaxias diferentes estética y narrativamente. Una es esencial, técnicamente impecable con una brillante narración deudora de la comedia clásica; la otra es prescindible y narrativamente floja. Claro que Pixar le llevaba más de dos décadas de ventaja al estudio del ratón en materia de animación 3D.
Dejando de lado las limitaciones tecnológicas y el aspecto genérico de los principales personajes, Descubriendo a los Robinsons no convence, a pesar de sus puntuales aciertos, porque no funciona ni como comedia ni como propuesta de ciencia ficción ni mucho menos como emotivo relato protagonizado por un huérfano.
La parte más interesante, conocer a la extravagante familia Robinson, apenas si ocupa una pequeña parte del metraje. Es una pena: recuerda a Los Tenenbaums. Una familia de genios (2001), la estupenda ocurrencia dirigida por Wes Anderson. En cuanto a la trama de ciencia ficción, tenemos un viaje al futuro pero no se nos explica qué riesgos implica más allá de lo obvio ni explora apenas el mundo futurista ni las posibilidades de su tecnología.
En cuanto al protagonista, Lewis, es inteligente y espabilado, pero ni el guion ni la dirección de Stephen J. Anderson consiguen que resulte enternecedor -ni él ni el film, todo sea dicho-. Finalmente, el poco memorable villano se parece físicamente a Dick Dastardly (Pierre Nodoyuna), pero su impacto se queda en nada prácticamente desde el inicio cuando sabemos que no es más que un títere de una tecnología futurista.
Dado que, para colmo, fue un fracaso en taquilla, estoy seguro de que los inversores de Disney estabna muy contentos de que Bob Iger decidiese adquirir Pixar un año antes. De lo contrario la compañía se habría quedado muy rezagada en el ámbito de la animación.
Nota: el film concluye con una cita de Walt Disney que encaja muy bien con su trama.