Brad Bird y Jan Pinkava. Categoría: Película. |
Tras la floja Cars (2006) -para los estándares de Pixar, claro está-, el estudio volvió a maravillar con Ratatouille, que además inició otra asombrosa racha de películas excelentes que se prolongó con WALL·E (2008), Up (2009) y Toy Story 3 (2010). Esta es la clase de obra que explica por qué la compañía es tan querida entre cinéfilos de todo el mundo, independientemente de que la animación sea un medio que les interese. Porque desde luego que es una delicia visual, otro esplendoroso ejemplo de los avances técnicos de Pixar y un prodigio de animación, pero si seduce como lo hace es por su narración y su inteligente guion. En definitiva, porque es un gran film.
El director, Brad Bird, venía de dirigir la obra maestra El gigante de hierro (1999) y su debut en el estudio, la también muy querida Los increíbles (2004), y otra vez mostró hasta qué punto era un talentoso cineasta. Combina con asombrosa precisión las secuencias de ritmo trepidante -como las persecuciones en la cocina o la preparación de algunos platos- con pasajes de tempo acompasado. Su codirector, Jan Pinkava, había dirigido el estupendo y divertido corto El juego de Geri (1997), así que es muy posible que sus contribuciones fueran esenciales para el apartado cómico del film.
También se toma todo el tiempo necesario en presentar los personajes y hacernos comprender sus motivaciones. Incluso el villano, que aquí es un exigente crítico de cocina, es tratado con inusual delicadeza y riqueza de matices. Brad Bird, como los mejores chefs, supo combinar los ingredientes para despertar nuestras emociones. Lo hizo con una narración que bebe de la comedia clásica de la era dorada de Hollywood sin renunciar por eso a un enfoque innovador.
Esta original historia de una rata que ama la comida está apoyada por una imaginativa puesta en escena. Particularmente memorables son los despliegues visuales que muestran las sensaciones que la comida produce en el protagonista. El equipo de animadores y Bird emplean de manera muy creativa el color, que redondea la banda sonora de Michael Giacchino, otro de los elementos deslumbrantes del film.
Una de las cumbres de Pixar, Brad Bird y la animación del siglo XXI.
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