Bill Plympton. Categoría: Película. |
Bill Plympton solía funcionar mejor en el ámbito del corto que en el del largometraje. Quizá por su pasado como autor de tiras y viñetas cómicas, quizá porque es era su tendencia natural, posee un especial talento para el gag visual, formato que se adapta mejor a una pieza de 4-6 minutos que a una de hora y media. Por eso sus películas, aunque cuenten una sola historia, dan la sensación de ser una sucesión de gags más que un conjunto coherente.
Los cuatro primeros films del genial animador son esencialmente versiones largas de sus cortos o, si se prefiere, una suma de escenas unidas por los mismos personajes y un hilo argumental más o menos robusto. The Tune (1992), Me casé con un extraño (1997), Mutant Aliens (2001) y Hair High (2004) son comedias absurdas y disparatadas con el mismo tono que la mayor parte de sus cortos.
Idiots and Angels, en cambio, es un asunto bien distinto, un giro estético y narrativo que se aleja radicalmente de su filmografía previa. Por lo pronto, ¡se trata de un drama! Quien hubiera dicho que Bill Plympton, el autor de algunas de las más divertidas animaciones de la era moderna, abandonaría la comedia, aunque solo fuese puntualmente. “En el pasado, dependía de sexo, violencia y gags para hacer un film entretenido. Idiots and Angels tiene todas esas cualidades, pero también una historia mucho más profunda”, aseguró el director en una entrevista para IndieWire.
Su quinto largometraje no solo varía en género, también es su más oscuro trabajo. En parte por su tono, decididamente más intimista, melancólico y sobrio que de costumbre, en parte por su sombría paleta de colores. De hecho, la parte visual es el mayor atractivo y se trata de su más cuidada película en ese aspecto. Son muchos los detalles acertados, como su manera de ilustrar el tráfico o la ciudad, el ambiente que crea para el bar en el que transcurre buena parte de la acción, las inspiradas transiciones entre escenas… Visualmente es una delicia que atraerá especialmente a los interesados por la animación experimental y, en general, para los que aprecien el cine independiente que existe en los márgenes de la industria de Hollywood.
Cierto que el argumento no siempre está a la altura de su estética, aunque la premisa es atractiva: un hombre de negocios egoísta, solitario y bruto descubre de pronto que le han crecido unas angelicales alas que, para colmo, le obligan a realizar actos bondadosos. El conflicto que se crea es interesante, pero no siempre se desarrolle de una manera enteramente satisfactoria. Por otra parte, es loable que Plympton renuncie a incluir un gag por minuto y opte aquí por una narración de tempo más pausado. Eso sí, que sus seguidores de siempre no se preocupen: algún que otro gag sí se cuela, así que provocará más de una sonrisa.
Finalmente, como tuvo el atrevimiento extra de contar la historia sin diálogos, la banda sonora adquiere una importancia aún mayor, y es estupendo que el apartado musical sea una estimulante sucesión de buena música. Hay de todo, Tom Waits, Pink Martini, música coral, música popular brasileña, canciones en francés e italiano, etc… Una heterogénea selección que complementa muy bien la narración visual.