
Rocío Álvarez. Categoría: Cortometraje. |
Lo primero que destaca en Simbiosis Carnal es su bella estética. Es de los cortos con una estética más sugerente de la década, un festín para la vista, una maravilla que acepta la definición de música para los ojos. Esa paleta de colores con azules y rosas es un memorable acierto que se identificará para siempre con el universo visual de Rocío Álvarez. Fue aquí, más que en sus anteriores trabajos, donde mejor se apreció su doble talento como ilustradora y animadora: sus dibujos son una delicia, pero es que además los anima con maestría.
Junto con el fabuloso despliegue visual, disfrutamos de una creativa sucesión de ideas que parece querer abarcar la humanidad entera. Exagero, por supuesto, pero no mucho. El corto, en cierto modo, se interesa por el misterio de la vida, en general, incluido la de los animales no racionales, aunque se centra en la de los humanos y, particularmente, en la de la mujer. Aborda, con admirable lucidez e imaginación, cuestiones de género, lucha feminista, sexualidad, nuevos modos de relacionarse -el pasaje de las aplicaciones de citas es brillante-, mercado laboral, cánones estéticos de Occidente… En fin, la apabullante propuesta visual es, además de un reclamo per se, un vehículo para la ambición narrativa y temática de la cineasta.
Por cierto, Simbiosis Carnal es tal preciosidad que tiene su propio ‘blipbook’, realizado por la empresa Flipboku. ¿De cuantos cortos se puede afirmar tal cosa?