Matthew Senreich y Seth Green. Categoría: Serie. |
Robot Chicken es, junto a Squidbillies, la más longeva serie de Adult Swim de cuantas siguen en activo en el 2020. Sin embargo, aunque no sea tan popular como Rick y Morty, es de las que mejor ejemplifican el tipo de animación adulta que se puede ver en el bloque de programación nocturna de la cadena Cartoon Network. Lo creo así porque propone la combinación de humor irreverente con animación aparentemente poco sofisticada que caracteriza buena parte de las producciones a las que da luz verde Adult Swim.
Pasan los años por la serie de Matthew Senreich y Seth Green, pero en su décima temporada sigue fiel a sí misma. De nuevo se dedica a encadenar breves gags que parodian la cultura popular, de nuevo recurre a muñecos con aspecto de figura de acción y, por supuesto, el stop motion es la técnica elegida para animarlos. Y sí, esa animación es deliberadamente rudimentaria, pero a estas alturas Robot Chicken perdería parte de su encanto si el stop motion fuera tan fluido como el de las películas de Aardman o Laika. Que los personajes se muevan a trompicones, al estilo de Pánico en la granja, es un elemento cómico más.
En cuanto al humor, abundan una vez más la escatología y los chistes sobre sexo un tanto primarios -Harry Potter desea ver tetas, Ron Weasley teme que su pene sea demasiado pequeño, a Hermione Granger le preocupa no saber qué hacer con un pene…-. En fin, no falta la habitual cuota de gags que parecen surgidos de la mente de un adolescente. Sin embargo, junto a esa vertiente que me cuesta más defender hay puntuales toques de ingenio, eficaces sátiras y hasta algún que otro momento de genio.
El especial de Navidad, el capítulo 200 y su falsa interactividad o las parodias de Matrix y Jurassic Park son algunos de los aciertos de una décima temporada que no decepcionará a sus seguidores pero seguramente tampoco convenza a quienes no le vieron la gracia a alguna de las anteriores.