
Koji Yamamura. Categoría: Película. |
En los primeros dos minutos de la película, se puede leer este texto: “Lo que voy a contar es una crónica de la gente que conocí en estos nortes. Sin embargo, mis recuerdos están fragmentados y no tienen ningún sentido”. Es uno de los muchos que Koji Yamamura intercala en esta obra ensecialmente visual y creo que es el que da la clave de lo que le espera al espectador.
En lugar de una narración tradicional o de una historia en tres actos que se desarrolle de principio a fin, aquí tenemos una serie de escenas o viñetas relativamente independientes que conforman un mosaico variado, visualmente fascinante y altamente surrealista. De modo que sí, en efecto, habrá a quien le parezca que no tiene ningún sentido puesto que a menudo no se sabe qué o por qué está ocurriendo. Los mismos textos de Yamamura juegan a menudo con esa naturaleza un tanto indescifrable de las actividades que muestra. Me parece que esto último forma parte del encanto y de la singularidad del largometraje.
Dozens of Norths está realizado a partir de las ilustraciones que Koji Yamamura publicó en la revista mensual Bungaku-Kai entre el 2012 y el 2014. Esos dibujos fueron animados por su autor y dos colaboradores, de modo que no hay ningún plano estático. Sin embargo, tampoco predomina el movimiento, puesto que frecuentemente la animación se limita a bucles de alguno de los elementos del plano, de modo que cierta sensación de estatismo sí tenemos en alguna que otra ocasión. De hecho, más que de obra animada en el sentido tradicional, se debería hablar de ilustraciones con movimiento. Esta animación un tanto limitada en varios pasajes no impide, sin embargo, que se aprecie la belleza y el interés artístico de sus brillantes dibujos: cualquiera de ellos es una pieza de museo que uno puede observar detenidamente.
El cineasta japonés, por otra parte, se apoya de manera creativa en la banda sonora para connotar o anclar el significado de las escenas, especialmente de las más lúdicas. Tanta importancia otorga a ese apartado que es el primero en los créditos. La elección de piezas musicales es un acierto y las composiciones de Willem Breuker son estupendas.
Dozens of Norths es una propuesta especialmente recomendable para quienes conciban la animación como un arte esencialmente plástico, para quienes se fijen más en la estética que en la historia en el sentido convencional del término. Precisamente por eso gustará, sobre todo, a espectadores interesados por propuestas experimentales que difuminan la frontera entre el cine y otras artes como la pintura o la música. De hecho, quizá se valore más si, al estilo de las composiciones musicales así llamadas, se analiza como una suite audiovisual.