
Paz Donoso Negrete. Categoría: Película. |
Eloísa Díaz: Ciencia Urgente es un peculiar musical creado por Alameda Memoria, “una agrupación musical chilena de divulgación histórica”. Se centra en Eloísa Díaz, valiente y pionera mujer que, según leo en la nota de prensa, fue “la primera la primera mujer médica de Chile y América Latina”. Su trabajo fue clave para lograr sensibles mejoras en “la alimentación y la vacunación de estudiantes de las escuelas públicas de Santiago a comienzos del siglo XX” que disminuyeron la mortandad infantil, consolidaron la instrucción primaria obligatoria y aumentaron la esperanza de vida.
Toda la obra está contada con canciones, no hay un solo diálogo hablado. En ese sentido, es como la obra maestra Los paraguas de Cherburgo (1964), solo que aquí no se trata de música orquestal. La banda sonora, por cierto, posiblemente sea lo mejor de la propuesta. Es una sucesión de estupendas canciones de influencia folclórica, muchas de ellas con varias voces, cuyas letras contribuyen invariablemente a que la trama avance y se entienda bien a pesar de la complejidad del asunto. Podrían habérselo puesto fácil con algún diálogo aquí y allá o con una voz en off, pero así el resultado es más bello.
El otro gran acierto del mediometraje es cómo retrata el Chile de finales del XIX, principios del XX. Por una parte, está el relato feminista de una mujer admirable que no se contentó con los roles tradicionalmente asignados a su género y se enfrentó al machismo imperante. Por otro, tenemos una igualmente apasionante lucha por mejorar las condiciones de vida de la infancia de Santiago de Chile, que sufría, en su mayoría, una letal combinación de hambre, condiciones insalubres y una baja tasa de vacunación. Es particularmente interesante comprobar hasta qué punto ciertas cuestiones no han cambiado, de modo que tan pronto alguien trata de mejorar la vida de los más desfavorecidos recibe acusaciones como socialista o masona, por ejemplo, y se enfrenta a fuerzas conservadoras que dicen hablar en nombre de Dios o la patria.
Lástima que, por cuestiones presupuestarias, la animación sea muy limitada, cosa que se nota especialmente en el movimiento de los personajes o en la rudimentaria sincronización labial. Es una pena porque la estética tiene encanto. De todos modos, esa cuestión no arruina el disfrute de un bienvenido musical que es único en su especie.
Nota: puedes escuchar la banda sonora en este enlace.