BAILANDO CON VAMPIROS (DANSU IN ZA VANPAIA BANDO).
6,5/10
Basada en el manga homónimo de Nozomu Tamaki dirigido por Akiyuki Shinbo y Masahiro Sonoda y escrito por Hiroyuki Yoshino, es una de las series surgidas por el éxito de la saga Crepúsculo, que volvió a poner de moda a vampiros y otras criaturas fantásticas. No obstante, como su clasificación por edades ya anticipa, el enfoque es aquí más violento, adulto y sexual.
Bailando con vampiros tiene en el componente visual su punto fuerte. La combinación de estéticas, la sucesión de imágenes perturbadoras y, en general, cómo plasma la iconografía fantástica es satisfactorio. Ahora bien, también es uno de los aspectos desconcertantes, pues no se aprecia una coherencia estética. Además, para mostrar exteriores, a menudo recurre a imágenes reales tratadas como si fueran dibujos -de manera poco sofisticada-, supongo que para ahorrar tiempo, o sea, dinero.
El otro aspecto interesante del anime es cómo retrata los entresijos políticos y la lucha por el poder en una sociedad vampírica que se parece mucho a la nuestra, pues parece igualmente obsesionada por las tradiciones, los linajes, la pureza… Lástima que no ahonde más en esa línea. En cambio, sí explora sin reparos el erotismo habitualmente asociado a los vampiros, aquí reflejado como uno de los mecanismos que emplean para dominar a los humanos.
Esta última cuestión es la más controvertida y discutible de la serie. Para empezar, por mucho que tenga miles de años al ser una criatura inmortal, la apariencia de la reina de los vampiros es la de una niña, un cuerpo que muestra completo en varios episodios. La secuencia de apertura ya deja claro que la propuesta tiene ese componente cercano al ‘lolicon’, pero por si hay alguna duda, el segundo capítulo incluye una escena en la que el protagonista masculino tiene que embadurnar de gel el cuerpo desnudo de la princesa. Por otra parte, no desaprovecha ocasión para mostrar la anatomía de los personajes femeninos -escotes, muslos…-, pues todos poseen, invariablemente, cuerpos escultóricos y generosos pechos.
