DOTA: SANGRE DE DRAGÓN (DOTA: DRAGON’S BLOOD).
6,5/10
Tras el éxito de Juego de tronos, era previsible que proliferaran las series con dragones como personajes destacados. Por otra parte, dado lo bien que le fue con Castlevania, es lógico que Netflix siguiera probando suerte con adaptaciones de videojuegos. De la unión de una y otra tendencia nace Dota: Sangre de dragón, inspirado por ‘Dota 2’, desarrollado y publicado por Valve. No conozco el videojuego, así que los comentarios que siguen son solo sobre la serie de anime.
No hay, o no he sabido apreciar, ningún elemento particularmente original. La mezcla de caballeros, elfos, dioses, bandidos y dragones destructores parece reciclada de otras propuestas aunque, eso sí hay que reconocérselo, es un ‘cocktail’ realizado con habilidad. De modo que no da nunca la sensación de ser algo distinto y la trama transcurre en un mundo que hemos visto cientos de veces con pequeñas variaciones, pero al menos resulta entretenido. Es más, doy por hecho que gustará a los amantes de la animación fantástica con toques medievales y generosas dosis de acción.
Por otra parte, los diálogos y la interpretación no son su punto fuerte, así que lo mejor de la serie es su estética. De nuevo, no destaca por su originalidad, pero los diseños de los personajes son estimables y la animación de las escenas de acción es convincente, a la altura de las de Castlevania. Finalmente, son varios los pasajes que optan por un aspecto de dibujo a mano, como en la introducción del primer episodio, una bienvenida variación de lo habitual.
El 18 de enero del 2022 se estrenó la segunda temporada – o ‘segundo libro’ según la presenta Netflix-, animada también por Studio Mir, que consta de ocho episodios adicionales. La tercera temporada, de nuevo con ocho episodios, llegó a la plataforma el 11 de agosto del mismo año.