QUINOSCOPIO.
9/10
Quinoscopio es una serie de cortometrajes dirigidos por Juan Padrón a partir de las ideas y los dibujos de Joaquín Salvador Lavado Tejón, alias Quino. Cada pieza se compone de varios gags visuales, al estilo de los que el dibujante creó para publicaciones de todo el mundo durante décadas. El formato favoreció que el argentino desarrollara gags algo más largos de lo que las tiras cómicas le permitían, aunque aquí el elemento narrativo es mínimo y siempre es la preparación para el chiste final.
La serie es atractiva, esencialmente, porque el ingenio de Quino resulta muy divertido, así que cada corto depara varias carcajadas. Sí que hay algún gag que no acaba de funcionar en formato animado -que quizá hubiera cuajado mejor como tira cómica de dos o tres viñetas-, pero la sensación general es que el autor se adaptó muy bien al medio. También le sirvió para explorar el lado más absurdo del ser humano y de la sociedad con esa mezcla tan suya de sátira y humor negro. Y todo sin diálogos, apoyándose solo en la imagen: a veces los personajes hablan con palabras ininteligibles que imitan el sonido del alemán, el francés, el italiano…
Por supuesto, ayuda que contase con Juan Padrón, veterano cineasta especializado en animación cuyo humor, el desarrollado en películas como Elpidio Valdés (1979) o ¡Vampiros en La Habana! (1985), estaba muy próximo al de Quino. De hecho, parece que eran buenos amigos, así que no debió de costarles mucho entenderse para dar con el tono adecuado. Luego, la animación no es que sea una maravilla, se notan las limitaciones presupuestarias, pero cumple bien su propósito y la estética mantiene el encanto de las ilustraciones de Quino. En fin, se ve que quedó satisfecho, porque en 1993 Juan Padrón dirigió más de un centenar de cortos protagonizados por Mafalda, que luego fueron recopilados en un largometraje homónimo.