EL BOSQUE DEL PIANO (PIANO NO MORI).
8,5/10
El bosque del piano está basado en el manga escrito e ilustrado por Makoto Isshiki que Kodansha empezó a publicar en 1998, originalmente en Young Magazine Uppers, luego en Weekly Morning. Existe una primera adaptación cinematográfica del 2007, realizada por Madhouse, pero como la industria de la animación japonesa puede acoger tantas producciones para televisión, Gaina quiso emprender esta segunda adaptación como serie.
Al haber mangas de prácticamente cada tema imaginado por el ser humano, este se interesa por el mundo de la interpretación profesional y pianística de la música clásica. Aprecio que el anime se centre igualmente en un asunto tan poco comercial; que dedique tantos minutos a las piezas tocadas al piano; que incluya invariablemente el nombre de las piezas y compositores -si no lo menciona un personaje-; y que no se limite a los clásicos populares, por mucho que no se adentre excesivamente en repertorios poco conocidos. Para los amantes de la música y para quien haya estudiado algún instrumento, no necesariamente piano, seguramente será una grata experiencia.
En cambio, posee sus limitaciones. La primera es que no confíe del todo en el interés de aquello que se cuenta y recurra sistemáticamente a competiciones, que actúan aquí como el equivalente de las batallas cuerpo a cuerpo de tantos animes fantásticos y de acción: la diferencia es que aquí las armas son pianos de cola de las más prestigiosas marcas. Otra es que, cuando vemos a un personaje interpretar una pieza, pasa a estar animado en 3D para obtener mayor realismo, algo logrado a medias -en la segunda temporada está mejor resuelto al no buscar tanto realismo-. Finalmente, no faltan lugares comunes de las ficciones sobre genios de la música: logran proezas imposibles y, por supuesto, interpretan piezas de gran complejidad sin ensayar una sola vez.
Por otra parte, no se libra de tics habituales del anime comercial, como el constante subrayado de las emociones -sí, es muy melodramática-, o los largos monólogos internos de los personajes hasta que todo esté muy bien explicadito y no quede nada para la libre interpretación del espectador. Con todo, es una estimable adaptación y una bienvenida variación respecto al anime predominante contemporáneo.
En la primera temporada, Ryūtarō Suzuki es supervisor de la dirección, Gaku Nakatani director, Aki Itami y Mika Abe se encargan del compositing y de los guiones y Ryūtarō Suzuki firma el storyboard. En la segunda temporada, Hiroyuki Yamaga es director, Mika Abe repite como responsable del compositing, Sumie Kinoshita se encarga del diseño de personajes y Hirotsugu Kakoi asume la dirección artística.