CUTTLAS MICROFILMS.
9/10
Cuttlas Microfilms es la serie que adaptó las andanzas de Cuttlas, el personaje creado por Calpurnio que entró en la vida de quien esto escribe en ‘El pequeño País’ y luego en el añorado ‘El país de las tentaciones’ de la primera etapa, cuando era un suplemento de cultura. Quien conozca las tiras cómicas o los cómics recopilatorios puede saltarse el resto del párrafo. Los demás quizá quieran saber que es un estupendo ejercicio de minimalismo estético combinado con inteligentes reflexiones, toques metafísicos y memorables personajes, empezando por el que daba nombre a las viñetas.
La serie conserva buena parte de las características de su origen sobre papel, empezando por el inconfundible estilo de Calpurnio: fondos mínimos, personajes sin rostro, cuerpos reducidos a líneas, simbolismos… En cambio, si las tiras son a menudo historias mínimas, un gag u observación irónica sobre la sociedad contemporánea, los capítulos desarrollan elaboradas tramas que parodian géneros cinematográficos o literarios. Hay un ‘noir’, una de piratas, una de ciencia ficción, un western, una de espías…, y hasta un homenaje al cine de la era dorada que se adelantó en más de una década al argumento de The Artist (2011).
La serie nació a partir de dos cortometrajes, El bueno de Cuttlas (1990) y Con cien cañones por banda (1992), que luego fueron transformados en episodios. Los primeros fueron animados en el estudio checo Zlin Studios y los restantes en el valenciano Estudios Cartoon. Premiada con una mención especial en FIPA, el mercado del Festival de Cannes, fue una de las más interesantes propuestas animadas de España en los 90 y uno de los primeros ejemplos de animación para adultos en el país, ámbito que apenas si se había explorado hasta entonces -ni desde entonces, tristemente-. Lástima que solo tuviera una temporada: su ingenio y estética son inusuales en el panorama televisivo.