GLOBOZONE.
9,5/10
Globozone es una serie escrita y dirigida por Gangpol & Mit, dúo gráfico y musical que, entre otras muchas actividades, ofrece espectáculos que combinan música y animación en directo. Esos dos talentos son los que emplearon para esta propuesta, una inteligente y divertida disección de la sociedad occidental contemporánea en la que la música tiene un rol protagonista. Es también una de las más demoledoras sátiras animadas desde South Park y Padre de familia y de las mas singulares desde un punto de vista estético: parece un videojuego creado para móvil.
La serie se centra en un vigilante de seguridad y un oficinista psicópata que, aburridos con sus respectivos trabajos, se dedican a sabotear las instalaciones y a saltarse las normas, normalmente para poder crear música experimental, que es lo que les gusta -el oficinista, eso sí, tiene también un curioso fetiche con los relojes de cuco-. Y comprendemos ese afán suyo por no obedecer cuando trabajan en un entorno enteramente automatizado, en el que cada aspecto, por nimio que sea, depende de la tecnología y la inteligencia artificial: hasta les ponen chips bajo la piel para poder pasar los controles de seguridad.
Esta escéptica visión del camino que la sociedad parece estar tomando funciona como una suerte de Tiempos modernos aplicado al siglo XXI, de modo que evidencia el absurdo de convertir todo en pantallas gestionadas por aplicaciones, tarjetas y chips: llega un punto en el que no pueden tomarse un café porque la máquina se niega a servirles y todo es transportado con drones, incluso la comida en un restaurante.
De paso, sus autores aprovechan para hablar también de las relaciones laborales, de la cantidad de basura tecnológica que creamos, de la creciente polarización de la sociedad por las más tontas cuestiones, del exceso de consumismo o del tipo de vídeos que más visitas atraen en YouTube y portales similares. En fin, es una lúcida radiografía del mundo en el que vivimos.
Como atractivo extra, en cada episodio se las arreglan para introducir un breve fragmento de música experimental que en ocasiones recuerda a la electrónica de Matthew Herbert. En este último apartado imagino que Sylvain Quément, responsable de la dirección sonora y musical, tendrá un papel muy destacado junto Gangpol & Mit, que también es especialista en ese terreno.