THE AMAZING ADVENTURES OF MORPH.
8/10
The Amazing Adventures of Morph es la primera serie de Aardman y la protagonizó su primer personaje popular, Morph, una figura de plastilina color terracota, habitualmente con forma antropomórfica, pero con la habilidad para metamorfosearse, de ahí su nombre. El personaje nació en el programa Take Hart (1977), presentado por Tony Hart para la BBC y dedicado a explicar cómo realizar manualidades.
El productor, Patrick Dowling, conocía el trabajo de Peter Lord y David Sproxton y les pidió que crearan un nuevo personaje para que interactuara con el presentador. Morph fue el primero y, para ampliar el rango de historias y aventuras que podía vivir, pronto llegaron otros: su hermano Chas, el cepillo-perro Nailbrush, el abuelo Grand-Morph, la chica de aluminio Folly, las adorables bolitas diminutas de colores…
Adrián Encinas Salamanca, autor del blog Puppets & Clay y del libro ¡Bien hecho, Gromit! (Diábolo Ediciones, 2016), escribe en esta última publicación sobre el origen de la serie: “la familia crecía y de forma similar lo hacían las historias, a las que se les quedaba corto el escaso espacio temporal que les cedía el programa Take Hart. Por eso, Aardman decidió crear una serie propia para el monocromático personaje y sus amigos. (…) Como era de esperar, las nuevas aventuras arrasaron en datos de audiencia entre el público infantil británico de la época. (…) A España la serie llegaría en 1985 bajo el título de Morfo, pero por desgracia no caló en la chavalería de la época y pronto fue retirada de antena”.
Dado que Lord y Sproxton disponían esta vez de cinco minutos, las aventuras son algo más ambiciosas pero la esencia es la misma: pequeñas historias, mínimas o anecdóticas, frecuentemente con toques de slapstick y con tramas moderadamente disparatadas o absurdas. Para enlazar esta serie derivada con Take Hart, los capítulos comienzan invariablemente con Tony Hart, que lee un capítulo de un libro con las aventuras de Morph y a menudo se dirige al protagonista, por ejemplo para desearle una feliz noche cuando llega el desenlace. Eso sí, la interacción entre el presentador y los personajes animados es mínima.
Este es un Aardman de sus inicios, cuando aún no había alcanzado la sofisticación de sus más conocidas obras, así que la animación, diseños y decorados son todos sencillos. Ese minimalismo tiene encanto, igual que detalles como el aspecto artesanal de los personajes o que se vea el hilo cuando uno de ellos está suspendido en el aire. Por otra parte, ya están aquí dos de las señas de identidad del estudio: el uso de plastilina y los aparatos inventados que realizan las más extravagantes tareas.
Las aventuras de Morph continuaron en el programa Hartbeat (1984–1993), presentado también por Tony Hart, y en una segunda serie, The Morph Files (1996).