MI TÍO ES DE OTRO MUNDO (ISEKAI OJISAN).
7/10
Mi tío es de otro mundo, adaptación del manga homónimo escrito e ilustrado por Hotondoshindeiru que empezó a publicarse en septiembre del 2018, posiblemente sea más recordada por los problemas de producción que le causó el Covid-19 que por cualquier otro motivo. Tras la emisión del séptimo episodio, hubo un parón de varios meses, y luego hubo que esperar varias semanas más para el capítulo final, de modo que del primero al último pasaron ocho meses -de julio a marzo-, en lugar de los tres habituales.
Habrá, por supuesto, quien esperase pacientemente la conclusión de la serie, porque su atractivo comercial para hombres heteros es evidente. Luego comentaré otros aspectos, pero el más llamativo de la serie, sin contar su inspirada premisa, es que aprovecha la más mínima ocasión para mostrar a las protagonistas femeninas semidesnudas -solo nos escamotean pezones y genitales por razones obvias-. Naturalmente, como suele ocurrir en este tipo de producciones, esos personajes tienen el mismo tipo de cuerpo: delgadas, caderas estrechas y tetas enormes.
Para acabar de satisfacer las fantasías adolescentes del espectador, a menudo el tío al que alude el título manosea a sus compañeras femeninas -sean elfas o humanas, qué más da, la cuestión es que tengan tetas grandes- por algún pretexto pueril, cosa que hace que estas giman al estilo del hentai. Eso cuando no se le meten dos en la cama para ‘calentarse porque la cabaña es muy fría’, como si fuera el relato erótico de alguien con poca imaginación.
En fin, la parte erótica es tan ridícula que quizá haya que tomársela como un elemento cómico más. Comedia, de hecho, tiene bastante la serie y es uno de sus puntos fuertes: el personaje del tío, un entusiasta de los videojuegos que, al estar en coma, ha pasado 17 años en un mundo de fantasía, no tiene desperdicio. En cambio, la parte que transcurre en el mundo de la fantasía es bastante menos interesante, por falta de originalidad; y el mecanismo que emplea la narración para mostrarnos ese mundo desde el momento presente es poco convincente, sobre todo cuando hace trampas y hay una visión dentro de esa visión.
La serie cumple con su cometido de entretenido cómico con toques eróticos, pero su colección de tópicos y su poco vistosas animación y estética no estoy seguro de que satisfagan a amantes del anime que no se contenten con ver escotes y muslos regularmente.
Mi tío es de otro mundo cuenta con dirección de Shigeki Kawai, compositing y guiones de Kenta Ihara, diseño de personajes de Kazuhiro Ōta y dirección de arte de Yoshito Takamine.
