JUNJI ITO MANIAC: RELATOS JAPONESES DE LO MACABRO (JUNJI ITO MANIAC: JAPANESE TALES OF THE MACABRE).
8,5/10
Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro, ya lo anticipa su título, parte de los relatos de Junji Ito. Es una antología de terror que, a lo largo de 12 capítulos, adapta 20 de sus historias. Es uno de los animes más interesantes que ha estrenado Netflix y de los más valientes, dado que el terror es uno de los géneros menos tratados por la animación debido a razones comerciales. Es también una serie artísticamente valiosa, en las antípodas del anime comercial que es mayoría en la plataforma de streaming.
Sin embargo, justamente por el prestigio del mangaka adaptado y el carácter artístico predominante en la serie, voy a ser algo más exigente de lo habitual a pesar de que -lo recalco para que no haya malentendidos- me parece muy recomendable. Desde un punto de vista estético, echo de menos que se parezca tan poco a las ilustraciones de Junji Ito. Comprendo que el mismo nivel de detalle era imposible por razones presupuestarias, pero al pasar casi al otro extremo, a pobres fondos de anime estándar, el apartado visual pierde mucho. El diseño de los personajes, en cambio, es más satisfactorio y fiel a la personalidad de sus ilustraciones.
La principal limitación la veo, no obstante, en los guiones y la dirección. Tengo la impresión de que los responsables se centraron más en enlazar imágenes chocantes que en proponer atmósferas inquietantes o en explorar los componentes malsanos de las tramas. Ese problema está exacerbado por el empeño de incluir hasta dos historias en buena parte de los capítulos, es decir, en unos 21 minutos. La mayoría de esos relatos macabros poseen riqueza de sobra para ser desarrollados con esa duración, así que al contarlos en la mitad del tiempo es inevitable que muchos acontecimientos queden apresurados o no debidamente anticipados. Pero claro, para eso hace falta un virtuoso trabajo de dirección y escritura, mientras que de este modo pueden prácticamente limitarse a reproducir las perturbadoras ilustraciones de Junji Ito y confiar en que estas mantengan al espectador debidamente aterrorizado.
Y sí, en la mayor parte de los episodios lo consiguen, pero a costa de quedarse muchas veces en la superficie, en el susto sin más. En los pocos casos en los que una sola historia se le conceden los 21 minutos, alcanzan resultados tan estimulantes como en el inquietante The Hanging Balloons.
Shinobu Tagashira será director, Kaoru Sawada se encargará de los guiones adaptados, Yuki Hayashi de la música, Shinobu Tagashira del diseño de personajes y Hozumi Gōda del diseño de sonido. La animación la ha realizado Studio Deen.