Arturo Moreno y José María Blay. Categoría: Película. |
Dado el éxito de Garbancito de la Mancha (1945), el primer largometraje de animación de España, la productora barcelonesa Balet y Blay decidió emprender una nueva película animada cuya dirección encargó de nuevo a Arturo Moreno. Como ocurre con la precedente, en el cartel figura el productor José María Blay en el apartado de “dirección” y Moreno en el de realización, pero según las fuentes consultadas y la trayectoria de ambos, no parece muy aventurado afirmar que Blay ejercía esencialmente de supervisor o director de producción y Moreno era quien efectuaba las labores de dirección en su sentido tradicional.
De nuevo, el principal propósito de Alegres vacaciones no era tanto ganar dinero, que también, como obtener la máxima puntuación por parte del Régimen Franquista, que otorgaba licencias para importar películas extranjeras -es decir, de Hollywood-, en función de los valores de sus producciones propias. Y sí, el dinero solía lograrse en las importaciones, que gozaban con mayor frecuencia del favor del público.
Precisamente por eso, cuando Balet y Blay presentó el proyecto a la Junta de Clasificación y Apreciación de Películas, incluyó la siguiente descripción en el informe: “puede considerarse también una película turística, calificativo adquirido tanto por su carácter como por la exacta reproducción de los paisajes españoles que aparecen reflejados en la cinta. […] En la totalidad de sus aspectos, constituye una sincera exaltación de los valores de nuestra Patria y un vehículo de propaganda turística como no existe otro”.
La Junta Superior de Orientación Cinematográfica, al examinar la película, no se mostró tan entusiasta y escribió lo siguiente: “Mediocre color, mediocres dibujos y lamentable tema. Dios nos libre de semejantes vacaciones”. A pesar de todo, le otorgó la máxima clasificación instaurada por la orden de 23 de junio de 1944 (Normas para la protección de películas españolas), la de película de Interés Nacional*. Todas estas interesantes informaciones no las he encontrado yo, sino que las recoge Maria Magdalena Rubí Sastre en su muy recomendable artículo de investigación ‘Alegres vacaciones. Primera promoción turística de mallorca a través del cine de animación’.
Solventados, una vez más, numerosos problemas durante la producción que alargaron el proceso casi tres años, la película se estrenó finalmente el 18 de octubre de 1948 en el cine Publi de Barcelona y el 28 de diciembre en el madrileño cine Actualidades. Núria Nadal Rovira, en su artículo** para la revista Con A de animación incluye la siguiente nada favorable crítica en el periódico ABC: “Ni el dibujo ni el color cinematográfico han sido todavía resueltos en España. Se han efectuado diversas tentativas, pero, si ninguna de ambas modalidades se ha logrado por sí sola, ¿cómo suponer que iban a conseguirlo mancomunada y solidariamente? Alegres Vacaciones es, dentro del género una tentativa más […] Sin embargo no pasa de ahí. Los colores […] se empastan, los dibujos adquieren movimientos mecánicos. […].
En algunos aspectos es inevitable estar de acuerdo con el crítico del periódico español. Ocurría algo similar con Garbancito de la Mancha, en el sentido de que a pesar de puntuales aciertos y del buen hacer de Arturo Moreno y del equipo de animadores, las limitaciones industriales de la compañía lastran terriblemente el resultado. No solo está a años luz de Walt Disney Studios, sino que ni siquiera alcanza el atractivo visual y la fluidez en la animación de films contemporáneos como el danés Fyrtøjet (1946) o el soviético El caballo mágico (1947).
Disney, precisamente, pudo ser una posible inspiración de esta cinta, ya que en la primera mitad de los 40, con Estados Unidos a punto de entrar en la Segunda Guerra Mundial, el estudio de Walt Disney recibió el encargo del Departamento de Estado de crear una película como parte de la Good Neighbor policy (política de buena vecindad). El propósito era producir una película sobre Latinoamérica para ser proyectada en el continente, así que la compañía estadounidense situó al Pato Donald y otros personajes de nueva creación en el lago Titicaca, Chile o Brasil, entre otros lugares. El largometraje en cuestión es Saludos Amigos (1942) y funcionó tan bien que hubo una continuación, Los tres caballeros (1944).
Alegres Vacaciones comparte con aquellos idéntico espíritu viajero y turístico y también incluye pasajes no animados. La diferencia, además de las cuestiones artísticas, es que aquí los personajes de animación no interactúan con esas imágenes, la mayoría de ellas insertos estáticos que interrumpen la acción y nada aportan a la trama, más allá de apoyar su función de propaganda turística, claro está.
Lástima que la ejecución esté plagada por tantos problemas, limitaciones y opciones discutibles como la apenas mencionada, porque la premisa es interesante. Los personajes de Garbancito de la Mancha descubren que los animadores se han ido de vacaciones y, en lugar de quedarse en el estudio, deciden irse también de veraneo por la geografía española. Visitan Sevilla, Barcelona, Asturias, Valencia y Mallorca, entre otros lugares, solos o por parejas.
Como no podía ser de otro modo dado el enfoque de “exaltación de los valores” adoptado, esas visitas son una colección de tópicos y estereotipos desprovistos del menor espíritu crítico. Véase por ejemplo la escena de la corrida de toros en la Maestranza, mostrada sin rastro alguno de sangre y con un toro que hasta bromea con los toreros y no refleja sufrimiento alguno. Además, cuando llega el momento de matarlo, una oportuna lluvia justifica que los guionistas no reflejen esa parte.
En definitiva, fue otro loable esfuerzo de crear una industria de la animación española y aún hubo otro intento más con Los sueños de Tay-Pi (1952), pero el fracaso en taquilla de ambas propuestas acabó con esta primera aventura empresarial animada.
*El calificativo de película de Interés Nacional “se aplicaba por parte de la Delegación Nacional de propaganda a aquellas películas que sean de una gran riqueza técnica y artística y que además contengan muestras inequívocas de exaltación de valores raciales o enseñanzas de nuestros principios morales y políticos”. Maria Magdalena Rubí Sastre en el artículo citado.
** ‘De Garbancito de la mancha a Los sueños de Tay Pi. Una aproximación al cine de animación español producido por Balet y Blay’ (2012).