Chuck Jones. Categoría: Cortometraje. |
Chuck Jones y Michael Maltese aún no habían creado su gran obra musical, ¿Qué es ópera, viejo? (1957), pero ya habían firmado uno de sus más populares cortos con ¡Ay, qué rana!, no muy inspirada traducción de One Froggy Evening (juego de palabras entre ‘frog’, rana, y ‘foggy’, neblinoso).
En una pieza sin diálogos, las únicas palabras que oímos son las de una rana, después bautizada como Michigan J. Frog, que interpreta éxitos del ‘American Songbook’, un aria de Rossini y una canción compuesta expresamente para la ocasión, ‘The Michigan Rag’. Un obrero de la construcción se la encuentra en una caja que había permanecido décadas sellada en un antiguo edificio y cree que se hará rico con ella. El problema es que el animal solo canta y baila -muy bien, por cierto, con la voz de William Roberts– para el obrero, así que este cae en una espiral de desesperación que acentúa el brillante humor del corto.
Quizá sea menos artística en el sentido de que los fondos no son particularmente llamativos o que su narración es algo menos experimental o aventurada que el resto de obras maestras dirigidas por Chuck Jones. Eso no impide que sea irresistible: la idea es genial, la ejecución es brillante y la animación de la rana es tremendamente expresiva.
El corto fue votado como el quinto mejor de la historia por más de un millar de profesionales de la animación para el libro editado por Jerry Beck, The 50 Greatest Cartoons (1994). Jami Bernard le dedica unos párrafos en la publicación, entre ellos este: “Solo hay unos pocos cómicos del cine mudo que todavía tienen un impacto hoy en día, y entre ellos enumeraría a Chaplin, Keaton, Laurel y Hardy y Michigan J. Frog. Con sencillez y economía en los dibujos, la rana frustra los planes del aspirante a comerciante con creciente sofisticación. (…) La historia es clásica en su estructura, una desviación de la peripatética locura del típico ‘cartoon’ de Warner Bros.”. En ese mismo libro, se rescata una cita de un artículo de la revista Times que lo considera “tan cercano como ningún otro ‘cartoon’ ha llegado a la perfección”.
Looney Tunes and Merrie Melodies: Complete Illustrated Guide to Warner Brothers Cartoons (1989), el libo de Jerry Beck y Will Friedwald, referencia también el corto y concluye la sinopsis con el siguiente comentario: “uno de los más célebres filmes de la historia de la animación, debidamente reconocido como una obra maestra de concepto, ritmo y matiz”.
Tal es la popularidad del corto que fue parodiado en La loca historia de las galaxias (1987) y en las series Padre de familia y Brickleberry; tuvo una segunda parte –Another Froggy Evening (1995), dirigida también por Chuck Jones-; y el personaje reapareció en las series Las aventuras de los Tiny Toons (1990) y Animaniacs (1993). Steven Spielberg lo considera “el Ciudadano Kane de los cortos animados”.