Chris Delaporte, Pascal Pinon. Categoría: Película. |
Primer largometraje francés de animación 3D y el segundo no apto para público infantil de los realizados con esta técnica, tras Final fantasy: La fuerza interior (2001) -dos films, por cierto, que funcionarían muy bien en una sesión doble-. El que nos ocupa no opta por una animación fotorrealista, pero sí propone una estética igualmente alejada de la que contemporáneamente estaban desarrollando los grandes estudios de Hollywood, Pixar, DreamWorks Animation y Blu Sky Studios.
Kaena – La profecía, lo han advertido antes otros críticos, bebe de influencias estéticas como Mœbius o H. R. Giger, mientras que el tipo de ciencia ficción que desarrolla y la heroína adolescente protagonista remiten al Hayao Miyazaki de Nausicaä del Valle del Viento (1984). Estos referentes son bastante obvios y, junto con algún lugar común de la trama -la profecía que señala a una elegida, por ejemplo-, provocan cierta sensación de ya visto.
Sin embargo, la parte visual sí es inusual para una producción animada y son muchos los aciertos estéticos: desde el diseño de los personajes principales a la creación de un universo distópico creíble. Otra cosa es que el envoltorio sea bastante más atractivo que el contenido o que las limitaciones presupuestarias se noten en una animación no del todo satisfactoria en los pasajes clave. Porque 14 millones de dólares era una cantidad enorme para una coproducción europea, pero palidece frente a los más de 130 que costó Final fantasy: La fuerza interior, por ejemplo. Aun así, la que nos ocupa ha envejecido relativamente bien: más allá de las carencias tecnológicas, su estética sigue siendo muy llamativa.
Quizá no sea un film globalmente logrado, pero sí es muy meritorio el intento de Chris Delaporte y Pascal Pinon de abrir una vertiente poco explorada en la animación. Lástima que el atrevimiento fuera un fracaso en taquilla, pues le cerró las puertas a este tipo de superproducción de ciencia ficción para adultos en 3D.