Emmanuel Klotz y Albert Pereira-Lazaro. Categoría: Película. |
Lascars nació como como una serie emitida en el Canal+ francés en 1998, consistente en sketches de unos dos minutos de duración. Su cómico acercamiento a la vida en un suburbio francés con el hip hop como banda sonora tuvo una nueva vida en Internet. Esa renovada popularidad fue suficiente para que la cadena de pago francesa encargara una segunda temporada en el 2007 y, más importante aún, para que el estudio de animación Millimages, junto con una serie de productoras, emprendiesen la creación del largometraje que protagonizada esta página.
La película tiene en su atractiva estética su principal baza. Es muy interesante cómo combina 2D y 3D en una suerte de collage animado cuya apariencia posee similitudes con el cutout. En ese sentido, recuerda a la técnica de animación empleada en Vals con Bashir (2007), aunque el resultado es aquí muy diverso. También es estimable la fluidez de la animación, necesaria por otra parte para el frenético ritmo que los directores imponen al film prácticamente de principio a fin.
Por otra parte, es estupendo cómo ilustra la vida en los suburbios parisinos, con especial atención del detalle en los edificios y barrios que plasma y, en general, al tipo de vida callejera que retrata. Finalmente, el diseño de los personajes, y su caricatura extrema, es un acierto. En definitiva, para los interesados por el empleo de la animación en un contexto adulto, es un visionado recomendable.
Sin embargo, más allá de su sugerente estética, no hay mucho más aquí que disfrutar. Está muy bien que retrate el hedonismo de unos personajes que solo piensan en beber, drogarse, ir de fiesta y follar y para los que el respeto de la ley (o de las mujeres) no parece una opción. Ahora bien, si hay algo de espíritu crítico o un distanciamiento irónico con las actitudes retratadas, no soy capaz de apreciarlo.
Lo que veo, en cambio, es el tipo de propuesta que agradará, sobre todo, justamente a quien se sienta atraído por esa forma de vida dedicada a encadenar fiestas y, si hay suerte, coitos, entre un colocón y otro. No hay intento alguno de mostrar esos ambientes de forma realista, ni mucho menos sus consecuencias o sus lados más oscuros. Al menos la parte visual está acompañada por una buena banda sonora, enteramente compuesta por piezas de hip hop, entre ellas el clásico ‘Jump Around’, de House Of Pain.