Maria Silvia Bazzoli, Christian Lelong. Categoría: Película. |
En el momento en el que escrito esto no conozco el cine de Moustapha Alassane, pero sí siento el deseo de descubrirlo, así que esta obra cumple con uno de los requisitos de los documentales dedicados a un artista: que el espectador quiera conocer su trabajo tras haberlo visto.
El protagonista de Moustapha Alassane, cinéaste du possible es un pionero del cine nigeriano que, además de rodar varios largometrajes con actores de carne y hueso, se dedicó al cine de animación, en parte por interés genuino -fue el medio con el que debutó como director- en parte por falta de medios para producir largometrajes de ‘acción real’.
El documental no se centra en su trayectoria animada y sus directores parecen más interesados en sus trabajos no animados, en su vida y en su importancia para los inicios del cine nigeriano. Aunque me hubiera encantado que le dedicara más tiempo a la parte de animación, creo que tomaron la mejor decisión para conocer mejor a tan singular cineasta. El resultado es así más atractivo para la mayoría de espectadores. Es un hombre inteligente, da gusto oírle hablar y es admirable todo lo que hizo para difundir el cine en Nigeria. Algunas de sus ideas son buenas aunque un tanto ingenuas -el software para ayudar a animar-, pero todas tienen en común la pasión por el cine.
Respecto a la parte animada, el documental incluye fragmentos de cuatro de sus cortos. Dos de su primera etapa, en la que realizaba sencillos dibujos animados en blanco y negro protagonizados por ranas antropomórficas; dos de la etapa final, cuando se especializó en stop motion -de nuevo, con ranas como personajes centrales en muchos casos-. Esos fragmentos no bastan para apreciar debidamente sus logros como animador y director de animación, pero sí dejan claro que se trata de un artista con personalidad que sistemáticamente logró superar las limitaciones técnicas y presupuestarias con imaginación y amor por su trabajo.