Karla von Bengtson. Categoría: Película. |
La estética de Ágatha, mi vecina detective está realizada a partir de un encantador cutout en 2D que llama la atención desde el inicio por su personal aspecto y por el cuidado diseño de todos los personajes. No es un cutout artesanal al estilo de Lotte Reiniger, sino realizado con ordenador, pero aún así se las arreglaron para que conservara un toque de dibujo a mano. También los fondos, que optan por el realismo, son artísticamente atractivos e imitan la apariencia del dibujo sobre papel -imagino que fueron creados directamente en formato digital-. La parte visual es un efectivo reclamo y una bienvenida variedad respecto a la estética imperante en la animación comercial contemporánea.
El guion y la dirección, en cambio, ya no son siempre tan satisfactorias. Son muy loables las buenas intenciones de Karla von Bengtson al elegir como protagonista a una niña de diez años cuyo mayor deseo es ser una gran detective. Su nombre, Ágatha Christine, es ya una declaración de intenciones, pero además hay varias secuencias en blanco y negro que imitan las películas de Humphrey Bogart o el arquetipo de detective creado por Raymond Chandler en sus novelas. Además, se le da muy bien la tecnología y es capaz de crear elaborados aparatos voladores o cámaras ocultas -se le da tan bien que resulta un pelín increíble dada su edad-.
En definitiva, la protagonista es un excelente ejemplo de heroína moderna que no se ajusta a los roles de género tradicionales y que posee talentos en campos históricamente reservados a hombres. Eso implica, por supuesto, que favorece una necesaria diversidad en el ámbito de la animación.
La pena es que la trama criminal que investiga no es particularmente interesante y resulta predecible desde bastante antes de su resolución y, sobre todo, que los diálogos parecen traicionar esas buenas intenciones. Sí, por una parte tenemos a una protagonista inteligente y espabilada, pero luego casi cada réplica que von Bengtson pone en su boca -o en la del resto de personajes- cae en el tan común error de simplificar excesivamente las situaciones, como si no confiara en la inteligencia de los jóvenes espectadores a los que está especialmente dirigida.
También ocurre que, salvo Ágatha, el resto de personajes son un tanto esquemáticos. Eso es especialmente grave en el caso de la hermana mayor -un estereotipo de adolescente andante- o de la madre, aunque al menos al ser policía se sale un poco del lugar común de la madre preocupada por las tendencias solitarias de su hija. Finalmente, hay un personaje del todo innecesario, que yo diría que es un dragón de Komodo, que entra y sale de la historia sin justificación ni lógica alguna, que resulta irritante en cada intervención y cuyas conversaciones con la protagonista ralentizan la trama en lugar de favorecer su desarrollo. Si cumple algún rol en el guion, no soy capaz de apreciarlo.
De modo que tenemos una película de lograda estética y buenas intenciones, por la que es fácil sentir simpatía, pero cuyo flojo guion y no muy hábil narración arruinan el disfrute en más de un momento y dan globalmente la impresión de ser una ocasión perdida.