Bong Joon Ho. Categoría: Película. |
Joon-ho Bong era ya uno de los más internacionales directores surcoreanos gracias a las exitosas películas de acción Gwoemul, The Host (2006), y Snowpiercer (2013), cuando en el 2017 fue uno de los primeros fichajes internacionales de Netflix, para quien dirigió Okja. Entonces llegó el Festival de Cannes del 2019, presentó ante el mundo su nuevo film y, con la Palma de Oro, comenzó su exitoso periplo. Porque Parásitos es una obra maestra que, a pesar de ciertos excesos, resulta deslumbrante de principio a fin. Esto ya no es solo cine de entretenimiento con visión autoral -que también-, sino una cumbre cinematográfica que sitúa a Joon-ho Bong entre los grandes cineastas contemporáneos.
Parásitos comienza con una excelente primera escena que, en menos de cinco minutos, nos presenta eficazmente a la familia protagonista -un matrimonio y sus dos hijos que malviven en un pobre semisótano, todos sin trabajo-. Buen hacer narrativo desde el principio que será la norma en adelante. La trama discurre durante la primera parte en el terreno de la comedia. Sofisticada, ingeniosa, pero comedia aparentemente inofensiva. Como mucho, se percibe la parábola social que va trazando con el choque entre la familia pobre y la rica con la que entra en contacto.
Hasta entonces, el film es una delicia que se ve con una sonrisa constante y alguna que otra carcajada. De hecho, incluye una secuencia brillante que, en varios minutos, muestra simultáneamente la preparación y ejecución de un plan -todo con el acertado acompañamiento de la música orquestal de Jung Jaeil-.
No obstante, a partir de una visita inesperada, comienza una segunda parte aún más interesante que incluye una breve incursión en el cine de terror y que se mueve en los códigos del drama y de la acción sin perder del todo de vista el humor -solo que un humor tan negro como el hueco que da acceso a un sótano muy particular-. Es entonces cuando el film crece y se convierte en una de las experiencias más entretenidas e insólitas que quien esto escribe ha presenciado en una sala de cine.
El guión, escrito por Joon-ho Bong junto a Han Jin Won, está repleto de hallazgos, sorpresas, giros y matices, pero quizá lo mejor sea la humanidad con la que aborda a los personajes centrales a pesar de que prácticamente ninguno sale bien parado -de la mayoría asistimos a sus miserias, limitaciones, lados sombríos, etcétera-. Por otra parte, aunque la trama se presta a desarrollar su lado espectacular, humorístico o macabro, se toma su tiempo en ahondar en eso tan insondable que es la psique humana.
En cualquier caso, aciertos del excelente guión aparte, Parásitos es un gran film por el talento visual de Joon-ho Bong, que narra con una maestría y ambición inusual y que deja destellos de genialidad en más de una secuencia o plano. Pienso en la ya mencionada escena del plan que implica una fingida enfermedad, en la secuencia del diluvio -con la aparición de la roca o el cigarro en el cuarto de baño inundado, entre otras maravillas-, en el uso de la cámara lenta para un divertimento con un borracho aficionado a mear en la calle, en el primer descenso a las entrañas de la casa, en el partido que saca a la arquitectura de la casa -¡y qué casa!-, por supuesto en la memorable escena en el jardín… En fin, abundan los ejemplos.