2020: The Shaman Sorceress

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The Shaman Sorceress

Jae-hoon Ahn.
THE SHAMAN SORCERESS.
9/10

Categoría: Película.
Año: 2020.
País: Corea del Sur.
Género: Musical, Drama.
Técnica: 2D.
Estudio: Meditation With A Pencil.
Idioma: Coreano.
Característica: Religión, Delicado, Aventurado.
Duración: 1h 25min.
Clasificación por edades: NR-7.

The Shaman Sorceress adapta la novela homónima en la que escritor coreano Dong-Ri Kim relató el choque entre religiones en el seno de una familia y, por extensión, a lo largo del país. Está ambientada durante la llegada y expansión del cristianismo a Corea del sur, que el autor vio no solo como una lucha entre religiones organizadas, sino como la lucha entre pasado y presente, tradición y modernidad, folclore oriental e influencias occidentales. Ese mundo entre dos mundos, aunque sea en el seno de una familia, es también el más claro nivel de lectura del film dirigido por Jae-hoon Ahn.

La estética del film está realizada con el mimo y la cualidad artesanal que se espera de un estudio con un nombre tan prometedor como Meditation With A Pencil. Es la misma compañía, por cierto, responsable de Sojunghan nare kkum (2010) y Mae-mil-ggot, un-su-jo-eun-nal, geu-ri-go bom-bom (2014), dos apreciados largometrajes poco conocidos más allá del circuito de festivales.

Pero vuelvo a este, porque aquí deslumbra con sus fondos, muchos de los cuales parecen beber de acuarelas tradicionales y son preciosos. Son fondos que podrían protagonizar una exposición -cosa que estaría muy bien, todo sea dicho-. Y sin embargo, esa vertiente pictórica más clásica contrasta con puntuales soluciones de decidida modernidad. Pienso, por ejemplo, en la escena que reduce el fondo a negro con la excepción de unos faroles blancos; o a la del fuego, con unas llamas impresionistas que rompen con la estética realista predominante. Son solo dos casos que muestran hasta qué punto la parte visual del film desarrolla también la dialéctica entre tradición y modernidad que plantea su trama.

Respecto a su estética, es interesante también que el diseño de personajes opte por una senda personal. No advierto influencia estadounidense, ni tampoco del anime, esa industria cercana que tantas veces fagocita a la coreana por su mayor poderío. En este caso, la elección de colores -con una paleta rica que refleja bien las vestimentas tradicionales- y el tipo de animación parecen buscar una vía para la animación coreana. Lo mismo ocurre con la música, que emplea con inteligencia el folclore del país y las piezas de rituales religiosos.

La otra particularidad de The Shaman Sorceress, que es coherente con sus elecciones estéticas, es una narración que no toma esquemas del cine occidental. Es por ejemplo un musical, género privilegiado por la animación desde Blancanieves y los siete enanitos (1937), pero no se parece nada a un musical de Disney ni modelos similares. Eso es también aplicable a la intensidad emocional de su trama, que en ocasiones resulta tan melodramática para un espectador occidental que dificultará sus posibilidades de difusión fuera de Corea del Sur -salvo entre quienes, como nosotros, adoramos las propuestas de animación singulares-.

Sin ser un film redondo, The Shaman Sorceress es bello e inusual en todos sus aspectos. Que además advierta de los peligros de usar la religión como excusa para enfrentarse es un bienvenido plus. Esa madre y su hijo convencidos, ambos, de que el otro está poseído por un demonio por no creer en los mismos dioses son, naturalmente, otros tantos seres humanos, culturas y países desde, me temo, los orígenes del hombre.

Reseña Panorama
Puntuación
9
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