Tahir Rana, Éric Warin. Categoría: Película. |
Charlotte es una buena y recomendable película. Además, se inscribe en una feliz tendencia contemporánea, la de recordar a mujeres que realizaron destacadas aportaciones a las artes o las ciencias pero que, seguramente por su género, habían sido eclipsadas por hombres contemporáneos no necesariamente más brillantes. La que nos ocupa se centra en Charlotte Salomon, una pintora alemana y judía que se refugió en Francia, entre 1941 y 1943, hasta su muerte en un campo de concentración nazi.
Su dramática vida, tristemente común en esos tumultuosos años, merece por sí sola ser contada. Además, fue una pintora que dejó una obra extraordinaria, ‘¿Vida? o ¿Teatro?’, selección de casi mil dibujos, textos y piezas musicales que se consideran habitualmente la primera novela gráfica. Dado que la mayoría de sus dibujos son autobiográficos y retratan pasajes clave de su vida y de su entorno, han servido para reconstruir sus últimos años en Alemania y Francia y seguro que fueron la principal inspiración para el guion de Erik Rutherford y David Bezmozgis.
Aquello que cuenta Charlotte es muy interesante y vale la pena que se proyecte en institutos como parte del aprendizaje sobre la Segunda Guerra Mundial y el ascenso de los gobiernos autoritarios. Sin embargo, tengo sentimientos encontrados porque me da la impresión de que el film no hace justicia a su poderoso material.
Si la estética es estimulante, sobre todo cuando simula reproducir la creación de los cuadros de Salomon, la narración es un pelín convencional e incluye varias escenas con una puesta en escena poco convincente: véase una de las iniciales, la entrada de unos nazis en un auditorio, cuya verosimilitud es escasa y su narración precipitada. Una sensación similar la tengo con varias escenas que parece pedir más intensidad emocional o mayor brillo en la dirección.
En cualquier caso, es una obra estimable, cuyo visionado aconsejo, y que funciona como estupendo complemento de ¿Dónde está Anne Frank? (2021), dirigida por Ari Folman. Además, la banda sonora de Michelino Bisceglia es bella y muy eficaz.