Noa Berman-Herzberg, Osi Wald. Categoría: Cortometraje. |
La historia de Holy Holocaust es bien curiosa. Una alemana, Jennifer, y una israelí, Noa, se conocen en un curso de pintura en París, en 1991. Se llevan tan bien que la primera se va a vivir a Tel Aviv durante varios años, así que se convierten en grandes amigas y se ven regularmente durante años. De pronto, Jennifer deja de responder a las llamadas, así que Noa acude a Berlín a verla y se entera del porqué de su reticencia a mantener la relación: ha descubierto que es la nieta biológica de un sanguinario comandante Nazi. El hallazgo es aún más llamativo puesto que es negra y fue adoptada por una familia alemana. Y claro, que su mejor amiga sea israelí y varios de sus parientes murieran en los campos nazis le da un extra de morbo. Eso explica que, cuando escribe un libro al respecto, sea un éxito traducido a varias lenguas, entre ellas al hebreo.
Solo por la trama ya es un corto interesante, pero hay más. Resulta que la Noa de la historia es Noa Berman-Herzberg, la guionista y codirectora, así que está contada desde su punto de vista, cosa que aporta una capa adicional de complejidad: una de las dos partes es la que reflexiona sobre la evolución de su amistad tras el descubrimiento.
Igualmente valioso, o quizá más que el argumento, es cómo está contado. Me refiero a algunas de las ideas visuales que propone. Hay dos detalles particularmente llamativos. Uno es cómo ilustra el baile de las protagonistas al inicio de la escena en la discoteca -algo similar se puede afirmar de los planos del cielo durante su borrachera-. El otro es cómo ilustra la primera estancia de Jennifer en Tel Aviv durante la primera Intifada: qué manera tan eficaz de difuminar los espacios y de aunar en un mismo plano el exterior y el ámbito íntimo.
¡Ah!, también hay un detalle muy divertido que consiste en alterar el comportamiento de un personaje en una escena a partir del audio que corresponde a la siguiente escena: la profesora de arte que se pone a bailar porque ya suena la música de la discoteca, esto es, la música no diegética de una escena se convierte mágicamente en diegética.