Varios directores. Categoría: Película. |
Rita & Luca Films es la estupenda distribuidora que acostumbra a estrenar en España recopilatorios de cortometrajes aptos para todas las edades. La belleza de la vida también aúna varios cortos, pero porque es una obra colectiva concebida así desde el inicio. Una práctica nada común pero siempre bienvenida desde un punto de vista artístico, dado que habitualmente permite apreciar diversos enfoques estéticos y narrativos, allá o no unidad temática.
Aquí el hilo conductor parece ser el anunciado en el título: historias que permite apreciar aquello que la vida tiene de hermoso, de valioso, incluso de sagrado. Eso no quiere decir que todas sean bonitas, en el sentido habitual del término, o que siempre resulten alegres y optimistas. De hecho, sorprende gratamente la inclusión de al menos dos piezas en las que el tono predominante es melancólico o una que incluso linda con el drama. Pues bien, también en esas uno advierte su impulso vital, su aprecio por la vida, que es una de las mejores actitudes que uno puede tener en momentos adversos o poco propicios para la felicidad según nuestra concepción occidental contemporánea.
Quizá una de las claves es que La belleza de la vida sea una producción china. La mayor parte de los cortos están protagonizados por familias humildes, que viven sin lujos y trabajan muchas horas, pero que albergan la ilusión de ofrecer a sus hijos una vida mejor a través de la educación o tratan de apreciar los pequeños placeres cotidianos. Retrata una China nada turística, cosa que se agradece. Por otra parte, muestra la vertiente de la industria china más cercana a la animación festivalera, que contrasta fuertemente con la que habitualmente exporta -aquella que se centra en imitar a las majors de Hollywood o el anime-.
Los siete cortos son interesantes y hay cuatro particularmente brillantes. Curiosamente, en tres de ellos la vejez es una cuestión central. El primero es La chica luciérnaga, dirigido por Li Nianze, que se interesa por un conductor de autobuses a punto de jubilarse. Contado a modo de fábula, posee una encantadora estética que parece animar dibujos con lápices de colores. El segundo es La tienda de sopas dulces del señor Kuai, dirigido por Kun Yu, una pieza con aspecto de cómic protagonizada por un tierno anciano que abre todas las noches su tienda de sopas calientes. Me quedaría a vivir en ese corto. La silla de ruedas azul de la abuela, dirigido por Maoning Liu, es también una delicia. En parte por su estética, en parte por la delicadeza y poesía con la que cuenta la relación entre un niño y su abuela. El cuarto corto excelente es El domingo del pequeño Yi, dirigido por Chen Chen, que narra, con acertado aspecto artesanal, la vida cotidiana de un niño cuyos padres se han mudado a la ciudad para que él pueda tener un buen futuro.
El resto de piezas tampoco están mal, aunque queden eclipsadas por sus compañeras de largometraje. Las preguntas de Conejito, dirigida por Lan Xiya, llama la atención, sobre todo, por sus sencillos dibujos que recuerdan a acuarelas. La pequeña locomotora, dirigida por Zhao Yi, es un pelín sensiblera y no es tan atractiva visualmente -¿está realizado en 3D con un render que imita el 2D?-. Finalmente, El General Humph y el General Hah, dirigida por Gaoxiang Liu, quizá no sea tan profunda como el cuarteto antes mencionado, pero su animación con recortes es una maravilla.