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Samantha Aquilino. Categoría: Cortometraje. |
Lo primero que llama la atención de Manchmal weiss ich nicht wo die Sonne -cuyo título internacional es Sometimes I Don’t Know Where the Sun- es su estética, casi tan minimalista como el cartel que puedes ver arriba. Pero no es solo el minimalismo lo que destaca, ocurre lo mismo con los dibujos, que parecen realizados por alguien a quien dibujar no se le da muy bien, hasta el punto de que imitan los de un niño. Doy por hecho que es deliberado. En cualquier caso, lo interesante de esa opción estética es que deja sin excusas a quienes quieran animar pero no lo hagan porque crean que no son expertos en dibujo. No es preciso: el resultado puede ser valioso desde un punto de vista artístico, como demuestra este trabajo de escuela de Samantha Aquilino en la Hochschule Luzern.
Casi tan personal como el apartado visual es una narración que no sigue la lógica de causa y acción, de cariz experimental y que emplea la voz en off tal y como siempre se dice que no debe emplearse, para verbalizar aquello que se está viendo. Sin embargo, esto es igualmente deliberado y crea un efecto de lo más curioso: es como si la autora estuviera explicándole a alguien que se va a ver en el corto mientras muestra los bocetos, como si se tratase de una presentación en algún mercado o de una reunión frente a sus profesores. El efecto es aún más sugerente cuando nosotros lo que estamos viendo es el corto terminado, el corto narrado por su creadora de un modo del todo inusual.
