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Adam Reed. Categoría: Serie. |
Los guionistas deben de tener claro que, si la fórmula funciona, mejor no tocarla mucho, aunque sea a costa de repetir dinámicas y situaciones. Atrás quedan las temporadas en las que el creador de la serie, Adam Reed, trató de imprimir variedad al asunto cambiando escenarios, épocas y géneros con la excusa de que todo transcurría en la imaginación del comatoso protagonista. La propuesta homónima se ha instalado en un territorio conocido y, aunque sin el brillo de antaño, sigue siendo recomendable y, la mayor parte del tiempo, divertida.
Se echa de menos a Jessica Walter como Mallory -la actriz falleció a los 80 años tras grabar sus líneas de la temporada 12-, cosa que tratan de compensar otorgando más protagonismo a su hijo. Es más, un hilo argumental es cómo le afecta no tener a su madre en su vida y las secuelas que esta le ha provocado. Sin embargo, la fortaleza de la serie reside una vez más en su reparto coral, en las pullas que se lanzan unos a otros, en sus mordaces réplicas, en cómo los guionistas exprimen las disfuncionales relaciones de un grupo de personas que, en el mejor de los casos, solo se tolera.
Quizá haya menos chistes ingeniosos y muchos de los que hay son variantes de los que ya conocemos. No obstante, creo que lo compensa, en parte, con su siempre lograda combinación de comedia y acción, género este último poco explorado en el ámbito de la animación para adultos estadounidense. El capítulo inicial de esta treceava temporada, The Big Con, es paradigmático en ese sentido, con un eficaz clímax en un tren.
Archer dejó hace unos años de ser una serie esencial, pero bien está que siga adelante si mantiene este nivel de escritura e interpretación.
