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Seth MacFarlane. Categoría: Serie. |
Voy a ver si consigo escribir luego un análisis algo más detallado, pero me temo que lo más valioso que puedo afirmar respecto a esta vigesimoprimera temporada es que si te gustaron las anteriores no será esta la que te haga abandonar Padre de familia. Entre otras razones porque mantiene su nivel cómico y porque, desde el año anterior, no se ha estrenado ninguna serie que ofrezca el mismo tipo de comedia, pero mejor hecha.
La que nos ocupa es la temporada en la que la serie creada por Seth MacFarlane llegó a los 400 episodios, la segunda cifra más elevada en el ámbito de la animación para adultos, solo superada por Los Simpson. Cierto que se le nota el paso del tiempo y la necesidad de entregar una veintena de capítulos al año -no hay equipo de guionistas que logre tal cosa sin rebajar el nivel de exigencia artística-, pero como su atractivo ha recaído siempre en el ingenio de los gags más que en la solidez de las tramas, envejece mejor que otras muchas propuestas longevas.
Esa falta de ideas a la hora de pensar las historias a partir de las cuales se articulan los chistes se nota en el recurso a los episodios enteramente paródicos. En esta tanda hay dos: Oscars Guy y Love Story Guy, ambos con versiones de películas de Hollywood, el segundo de los cuales incluye un guiño a la idea del personaje que sale de la pantalla de Buster Keaton (o Woody Allen). Importa poco: como de costumbre, la gracia está en ver a los personajes de siempre en las más diversas situaciones y en que los gags sean ingeniosos.
También me parece bienvenido que hable tan abiertamente de sexo -cuestión sorprendentemente poco tratada en la animación para adultos, todavía menos en la televisión en abierto-, cosa que aquí ocurre en A Wife-Changing Experience y en The Munchurian Candidate; o que, en plena invasión rusa de Ucrania, se atreva con dos episodios que transcurren en Rusia, los dos últimos de la temporada, From Russia with Love y Adult Education (es aconsejable ver el primero para apreciar el segundo).
Por lo demás, no veo que haya ningún capítulo memorable, pero sí varios que destacan, como The Stewaway -una tierna relación de amistad entre Stewie y Quagmire-, Single White Dad -eficaz manera de reírse de la inutilidad de ciertos padres- o A Bottle Episode -otra mirada a la psicopatía de Lois-.
