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Matthew Mercer. Categoría: Serie. |
Voy a afirmar primero lo más evidente y así me lo quito de en medio: quien disfrutó con la primera temporada de La leyenda de Vox Machina lo hará también con la segunda. Lo mismo se puede decir de quien siguiera la webserie que adapta, Critical Role, y de quien sea un entusiasta del juego de rol en el que se inspira, Dragones y mazmorras. También creo que los amantes de la fantasía pasarán un buen rato con esta segunda tanda de episodios.
Los personajes son igual de atractivos -con el sátiro Scanlan como ejemplo paradigmático-, los guiones están generalmente bien escritos, la animación de Titmouse es tan competente como siempre y maneja bien los arquetipos y lugares comunes de la fantasía. Dicho de otro modo, no creo que haya grandes decepciones entre los ya convencidos, lo cual es estupendo porque al estrenarse ya había una tercera temporada confirmada.
Dicho esto, creo que esta segunda temporada, desde un punto de vista artístico, está un pelín menos lograda que su predecesora, sobre todo porque no añade gran cosa ni a su mitología ni a la evolución de sus personajes. Claro que la trama avanza, tendría delito que no fuera así con doce episodios de casi media hora cada uno, pero no veo de qué modo amplía sus posibilidades narrativas ni creo que haga de Exandria un universo con aún mayor potencial. Quizá esta segunda tanda sea de transición.
Por otra parte, aunque es enormemente eficaz como producto de entretenimiento, esos lugares comunes a los que aludía en el primer párrafo como una de sus virtudes representan también una de sus mayores limitaciones. Los personajes, la relación entre ellos, las situaciones que viven y hasta muchos de los diálogos dan la sensación de ya vistos y oídos. Su punto fuerte no es precisamente ni la personalidad, ni su voluntad de innovar o asumir riesgos. De nuevo, dudo que eso sea un problema entre sus más fervientes seguidores, a los que posiblemente reconforte volver a un territorio familiar, pero quien esté saturado de elfos y dragones hará bien acudir a propuestas más aventuradas. Aquí, claramente, no hay intención de ofrecer variación alguna a las convenciones del género.
Finalmente, que la animación sea satisfactoria y cumpla bien su cometido en las numerosas escenas de acción no quita que caiga en otro tópico de este tipo de productos: dragones y otras criaturas están animadas en 3D por ordenador. Se nota mucho y no siempre casa bien con el contexto en el que son integradas. En fin, esto último es lo de menos, pero el amante del 2D que hay en mí no puede evitar mencionarlo como una pequeñita pega.
