Sang-ho Yeon. Categoría: Película. |
Después de Dwae-ji-ui Wang (2011), más conocido por su título internacional, ‘The King of Pigs’, y antes del terrorífico Seoul Station (2016), Sang-ho Yeon confirmó con este largometraje su estatus de director esencial en el ámbito de la animación para adultos. De nuevo se adentra en el lado más sombrío de la sociedad surcoreana contemporánea para sacar a la luz la peor cara del ser humano. En este caso, pone el foco en la religión organizada y en cómo la creencia en un Dios puede ser usada para aprovecharse de las clases más vulnerables.
Sang-ho Yeon propone en The Fake un juego casi perverso al espectador, puesto que el personaje protagonista con el que nos invita a identificarnos -está contado desde su punto de vista- es un borracho violento, expresidiario, que no tiene reparos en gastarse los ahorros que su hija guarda para la matrícula de la universidad en alcohol y juegos de cartas, entre otras lindezas.
Además, para que no haya forma de redimirlo, desde el inicio queda claro que sus motivos para perseguir al criminal estafador no tienen nada que ver con la justicia y todo con su afán de venganza por una agresión que él mismo se ha buscado. En fin, ya desde el primer acto pinta a una galería de personajes donde no hay prácticamente ninguno íntegro, en el que el único que parece darse cuenta del engaño que se está produciendo es justamente ese antihéroe que tampoco se salva del descorazonador retrato del ser humano al que asistimos.
Por otra parte, The Fake es, en efecto, una clara denuncia del rol de la religión en la sociedad contemporánea universal, no solo en Corea del Sur. Sin embargo, lo que se critica no es la espiritualidad, ni la creencia en dioses, ni tan siquiera la existencia de religiones organizadas con gran poder. Sang-ho Yeon pone el acento en cómo la religión, tristemente, es a menudo un medio para aprovecharse de la terrible combinación de pobreza -o situaciones desesperadas-, ignorancia y, todo hay que decirlo, escaso espíritu crítico. En definitiva, todo se reduce al clásico dona tu dinero y te ofreceré la salvación en la próxima vida, porque en esta, querido hermano, lo tienes muy crudo. Todo, por supuesto, con la simplificación llevada al extremo de Dios contra el demonio.
La animación de The Fake, como de costumbre en el cine de Sang-ho Yeon y Studio Dadashow, es cruda y opta por una estética realista. Todo lo que vemos podría ser trasladado a un rodaje tradicional sin tener que alterar nada. Es una propuesta visual enormemente eficaz que cumple con las necesidades narrativas del film y que ilustra bien la atmósfera lúgubre en la que transcurre buena parte del relato.
Cierto que la animación no es, en ocasiones, tan fluida como sería deseable y que no hay ningún alarde al estilo del preciosismo de Studio Ghibli o de las virguerías técnicas de Pixar, pero son conceptos muy distintos del medio y, sobre todo, presupuestos muy diversos. Es, en cambio, otro excelente ejemplo de cómo la animación puede ser un excelente aliado para contar historias destinadas al público adulto.