Karel Zeman. Categoría: Película. |
Poklad Ptacího ostrova (El tesoro de la isla de los pájaros) es el primer film de Karel Zeman, habitualmente considerado uno de los tres maestros de la escuela de animación checa, junto a Jiří Trnka y Hermína Týrlová. El oficio lo aprendió justamente como asistente de esta última en el estudio de animación de la ciudad de Zlín, aunque pronto destacó como director con Vánocní sen (1946), realizado junto a Borivoj Zeman y premiado como mejor corto en el Festival de Cannes. Su transición al largometraje la preparó en Král Lávra (1950), obra de media hora de duración con muñecos animados mediante stop motion.
Es esa misma técnica la que desarrolla aquí con unos muñecos de diseño sencillo que recuerdan a los de Jiří Trnka, una más que probable influencia. Ahora bien, aunque limitada, sí emplea expresiones para los rostros. Por ejemplo, cuando quiere expresar la sorpresa de algún personaje, le vemos con los ojos y la boca bien abiertos. Por otra parte, combinó los muñecos tridimensionales con fondos dibujados en 2D, de modo que presentó una de sus señas de identidad: el empleo de múltiples técnicas de animación. En adelante, añadió un toque más de complejidad al incluir también actores de carne y hueso. Empezó con Cesta do praveku (1955) y lo perfeccionó en su obra maestra Una invención diabólica (1958).
Esta película, escrita junto a Frantisek Hrubín a partir de una historia de E.F. Misek, es bastante menos atractiva que Una invención diabólica, pero el debut del “Méliès checo” depara numerosos pasajes interesantes o curiosos. Aunque la animación con stop motion no está tan refinada como posteriores trabajos, muestra una admirable ambición que le lleva a incluir escenas marinas, planos con numerosos personajes y vuelos de decenas de pájaros que no están nada mal resueltos. Además, la convivencia de fondos dibujados y muñecos en 3D está muy bien realizada y adaptó con éxito la estética de las miniaturas persas.
Finalmente, es interesante que prescinda de diálogos. En su lugar, tuvo la buena idea de recurrir a breves narraciones interpretadas por un niño -primera vez en un largometraje animado-, además de apoyarse en la estupenda banda sonora de Zdeněk Liška.
Genial reseña, Ray, como siempre.
Un apunte: Borivoj Zeman no era su hermano, sino un colaborador que, casualmente, tenía el mismo apellido que Karel.
Muchas gracias, Adrián, por tu amabilidad y por la corrección. ¡Mira que me fijé que lo especificaste al escribir sobre el libro de Jordi Sánchez-Navarro, y aún así no vine aquí a corregirlo! Ya está solucionado 😉