Coke Riobóo. Categoría: Cortometraje. |
El stop motion es una técnica que implica lentitud, pero Coke Riobóo se atrevió con una técnica derivada que es aún más laboriosa y lenta: animación con plastilina sobre vidrio. Un curioso proceso que difumina las fronteras entre el 2D y el 3D habitual del stop motion. Tiene algo de ambas, pues es como dibujar con plastilina -el director lo dice de un modo más bello: “dibujar con luz”- pero no se queda enteramente bidimensional, como con el dibujo tradicional con lápiz o pincel.
Coke Riobóo estuvo meses preparándose hasta que sintió que conocía la técnica y dedicó cuatro años a la realización del corto, pero mereció la pena esa estajanovista dedicación en vista del deslumbrante resultado. Desde un punto de vista estético, El ruido del Mundo posee una rara belleza hipnótica. La textura y el aspecto son muy singulares: si no lo supiéramos, costaría saber cómo fue realizado.
La estética, sin embargo, no es la única cuestión destacable. La otra es la aventurada trama que nos obliga a oír el ruido del mundo, que es el ruido del horror, de la violencia, de la intolerancia…, de la peor cara de nuestro planeta, en definitiva. En cierto modo, este corto es el que mejor une el doble talento de Coke Riobóo como cineasta y compositor. La banda sonora es importante en toda su filmografía –El viaje de Saíd, por ejemplo, puede considerarse un musical-, solo que aquí cine y música son los dos elementos clave, en parte porque el protagonista es un músico, pero sobre todo porque la unión de música e imagen culmina en un sorprendente y humanista desenlace.
Interesante documental con el cómo se hizo: