TALES OF MERE EXISTENCE.
8,5/10
Tales of Mere Existence apenas si es una serie de animación. Prácticamente no hay nada de animación en el sentido tradicional del término y lo que tenemos, en cambio, se parece más a una sucesión de viñetas a las que Lev Yilmaz añade dibujos frente a nuestros ojos. A él no le vemos porque le tapa el folio –como mucho se vislumbra la silueta de su mano-, pero sí vemos su trazo. En esencia, es un cómic con movimiento añadido.
Sin embargo, el libro Animation Unlimited (2004) incluye una de las primeras entregas de la serie en su selección de 50 cortos innovadores desde 1940, así que seguramente haya algún aspecto de animación que yo no sé apreciar. O quizá es un proceso tan cercano a la animación -la sucesión de viñetas sería una suerte de dibujos animados a cámara lenta- que se puede considerar como parte del medio. También las producciones con marionetas se suelen situar en una esfera cercana a la de la animación: puede que este sea un caso similar.
Sea o no animación, lo que sí afirmo es que se trata de una propuesta muy interesante en la que Lev Yilmaz, con un estilo minimalista y casi con presupuesto cero, expresa su singular visión de la vida. Animation Unlimited define sus cortos como “encantadoras, algunas veces explícitas, algunas veces oscuras observaciones o confesiones de la vida real, narradas por el propio Yilmaz”.
Si alguna vez te has sentido un tanto abrumado por el mundo contemporáneo; o no te interesan nada las películas más vistas, los programas de mayor audiencia o la música más vendida; o te has visto a ti mismo como alguien que no encaja en la sociedad o que observa a los demás como lo haría un extraterrestre recién llegado al planeta Tierra; es muy posible que te identifiques con el alter ego animado de Lev Yilmaz. Él lo resume con esta frase: “hay 7.125 billones de humanos en la Tierra. Eso significa que no sé cómo relacionarme con 7,124,999,999”.