Sofia Coppola. Categoría: Película. |
El sorprendente debut en la dirección de Sofia Coppola, una lograda ópera prima para la que adaptó la novela The Virgin Suicides, de Jeffrey Eugenides. Una elección valiente, pues una historia sobre cinco adolescentes que se suicidan no es precisamente la clase de proyecto con el que se le ilumina la cara a un productor. También curiosa, dado que la novela está contada a partir de la mirada de los personajes masculinos. No digo mirada masculina, porque no sé muy bien qué es, pero ese es el punto de vista que mantiene Coppola en su adaptación. Y sin embargo, es un film centrado en la figura de la mujer, una reflexión sobre qué significa crecer como mujer, entre otros asuntos.
Coppola es la autora de la excelente adaptación, un medido y bien construido guion que hila con eficacia las diversas voces narrativas y emplea con inteligencia la voz en off. Logrado punto de partida que redondea con una puesta en escena neo-clásica –renovación del lenguaje no hay, pero tampoco es del todo clásica- y una buena dirección de actores. Esto último nunca se puede afirmar a ciencia cierta, pero a tenor de la madura interpretación de la todavía joven Kirsten Dunst, que da vida al personaje más atractivo del film, no parece aventurado afirmar que Coppola supo guiar bien a sus actores. Eso incluye también a aquellos que quizá no lo necesitasen tanto a esas alturas de su carrera, como James Woods y Kathleen Turner, cuyos rostros ya cuentan tanto como sus diálogos. Además, la debutante estuvo igualmente acertada con la elección del director de fotografía, Edward Lachman, y de la música, compuesta por Air: contribuyen a dotar a la película de un tono cuasi onírico que contrasta con la tragedia a la que asistimos.
Es de agradecer que Coppola opte por un tono que nunca cae en el melodrama, a pesar de que la historia se presta a tal enfoque. De hecho, hasta incluye varios momentos de comedia y yo diría que ese es el tono que se instala en buena parte del metraje. También le agradezco que nos ahorre algunas de las visiones más violentas. Por otra parte, más allá del placer que siempre depara la visión de un film bien narrado, bien contado y bien realizado, son muchas las interesantes reflexiones que nos invita a realizar.
Aún estando ambientado en los 70, ninguno de los aspectos tratados ha quedado obsoleto: el paso de adolescente a adulto, los peligros de la sobreprotección familiar, la represión que en ocasiones provoca la religión mal entendida, el despertar de la sexualidad… En muchos aspectos, muestra una sociedad enferma. Cierto que Coppola no se dedica a tomar partido, pero así interpreto yo la escena de la fiesta en casa, donde sí creo que la cineasta subraya claramente tanto la incapacidad de comunicarse más allá de las convenciones como la maldad del hombre contra el hombre.