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Dan Harmon y Justin Roiland. Categoría: Serie. |
La cuarta temporada fue dividida en dos tandas de cinco episodios cada una que se estrenaron con un año de separación. La quinta, en cambio, pudimos disfrutarla completa sin interrupciones, cosa que los pacientes seguidores de Rick y Morty a buen seguro agradecieron mucho. A pesar de la relativa rapidez -fue la vez que menos tuvimos que esperar para ver nuevos capítulos-, los guionistas estuvieron tan ingeniosos como de costumbre y el producto final está tan cuidado como siempre. Narrativa y visualmente, sigue siendo de lo mejor de la escena de la animación para adultos.
A pesar de que trata temas recurrentes en la serie -clonación, multiverso, sexo, robots…-, los guionistas logran encontrar nuevas tramas y perspectivas de modo que resulten novedosas y sorprendentes. Véase, por ejemplo, la vuelta a la ciudadela de los Ricks (Rickmurai Jack), la enésima exploración de las copias de personas y lo que tal cosa implica para estas (Mortyplicity), las perversiones sexuales de Morty y los chistes sobre incesto (Rickdependence Spray)… Son asuntos ya tratados pero los resultados están entre lo mejor de la serie.
Por otra parte, la nueva dosis de episodios permite ahondar en la vida del siempre fascinante Rick, cosa que incluye conocer a su némesis (Mort Dinner Rick Andre) o la importancia que otorga a la amistad (Rickternal Friendshine of the Spotless Mort). También hay ejercicios de escritura deliciosos, como cuando una broma aparentemente aislada da lugar a un capítulo entero dedicado a los cuervos (Forgetting Sarick Mortshall).
En cambio, no todo son aciertos: el guiño a los robots japoneses (Gotron Jerrysis Rickvangelion) o el episodio de acción de gracias (Rick & Morty’s Thanksploitation Spectacular), a pesar de su atrevimiento, no son tan originales como se espera de tan singular serie.
Con esta quinta excelente temporada, Rick y Morty se acerca al territorio de Los Simpson y sus brillantes ocho primeras temporadas.
