SATURDAY MORNING ALL STAR HITS!
9/10
Saturday Morning All Star Hits! es una parodia de los bloques de programación habituales en las televisiones de los 80, normalmente los sábados y domingos por la mañana, que incluían series animadas, presentadores de aspecto juvenil y, ocasionalmente, concursos para niños. Kyle Mooney y sus dos cómplices en esta peculiar creación, proponen un bloque llamado S.M.A.S.H. que, de no ser porque sabemos que es ficticio, pasaría perfectamente por un verdadero programa de los 80. Todo da el pego con asombrosa facilidad y hasta las series de dibujos que incluye parecen salidas de un VHS de la época.
Hay parodias de exitosas series, como Denver, el último dinosaurio (aquí rebautizado Randy) o Los ositos amorosos (esta vez The Create-A-Crittles); mientras otras capturan más bien el tipo de dibujos animados que proliferaban en la década, como Strongimals, revisión de las series de acción, o Lil’ Bruce, la clásica propuesta sobre la infancia de un actor de éxito, solo que en este caso versionada hasta el esperpento con las constantes interrupciones del actor en cuestión. ¡Hasta los falsos anuncios parecen los de aquel entonces!
Estas parodias, por cierto, a pesar de estar dirigidas a público adulto, no caen en el recurso fácil de añadir insultos o contenidos sexuales. Lo que hacen los guionistas es introducir tramas algo más oscuras -el dinosaurio deprimido y alcohólico que flirtea con el suicidio- o disparatadas -esos osos dedicados al arte que se venden por unos globos- que de ningún modo habrían tenido cabida en una propuesta apta para público infantil, ni entonces ni ahora.
Aunque se hubiera limitado a este tipo de parodias, están tan bien planteadas y son tan divertidas que solo por eso Saturday Morning All Star Hits! ya sería muy recomendable. Sin embargo, eso no es nada comparado con lo que viene. Desde el momento en el que, de los dos presentadores idénticos, uno se convierte en una estrella y el otro en un apestado, los capítulos van tomando una derivada cada vez más absurda y surrealista, más imprevisible y negra. No deja nunca del todo de lado las parodias, pero suma las de documentales sobre el inicio de los bloques matinales, de programas de actualidad, de estrenos y rodajes de películas… Y casi sin que nos demos cuenta, hasta se cuela un dramático suceso de tal modo que nos estamos riendo a carcajadas pero al mismo tiempo pensamos ‘madre mía, qué tremendo esto, ¿cómo puede ser todo tan retorcido y cómico?’.
Una rareza llena de buenas ideas muy bien ejecutadas que, no obstante, espantará de inmediato a los espectadores menos acostumbrados al lado más raro del humor. Finalmente, las parodias de los dibujos animados son tan interesantes que seguro que no soy el único al que le gustaría que esas series existiesen de verdad y tuviesen multitud de capítulos listos para ser disfrutados.
