GAUKO, LA NIÑA DINOSAURIO (DINO GIRL GAUKO).
6/10
Desde que comenzó a estrenar series originales de anime con Castlevania (2017), Netflix se había centrado en las propuestas para adultos o, al menos, no aptas para público infantil. Todas estaban indicadas como no recomendables para menos de doce años. La que cambió esa tendencia fue Dino Girl Gauko, catalogada en el servicio de streaming como no recomendada para menor de siete años. Esta cifra, además, es más un extra de precaución del gigante del streaming que otra cosa, porque no veo nada inapropiado para quien no haya llegado a esa edad. En definitiva, esta fue la primera propuesta de anime Netflix pensada para los más jóvenes espectadores.
La serie es una creación de Akira Shigino, que también ejerce de director en varios de los episodios, es guionista principal y autor del storyboard. Yoshishige Kosako es el director de animación y Kazuhiko Sawaguchi el compositor de la banda sonora. Se centra en una niña aparentemente corriente que, cuando se enfada, se convierte en un dinosaurio que puede alcanzar enormes dimensiones. Su madre es humana y su padre una suerte de rana de escaso tamaño. Además, hay animales antropomórficos que conviven con los niños y un trío de extraterrestres trata periódicamente de invadir la Tierra, entre otros quehaceres.
La mayoría de episodios tratan cuestiones cotidianas no particularmente emocionantes, solo que en un momento dado ocurre algo que inicia la parte fantástica de la serie. Casi siempre la gracia está en comprobar cuándo pierde la compostura la niña Naoko Watanabe y se convierte en dinosaurio. Imagino que los capítulos entretendrán al público infantil al que están especialmente dirigidos, pero dudo que genere un gran entusiasmo. Por otra parte, aunque la estética no está mal, tampoco está particularmente cuidada y la animación es muy normalita.