Pierre Coffin, Kyle Balda. Categoría: Película. |
Los minions está dedicada a las populares criaturas amarillas que causaron furor cuando el mundo las descubrió en Gru: Mi villano favorito (2010). Tres años después volvieron en la segunda parte de la saga, solo que con mayor protagonismo, en vista del entusiasmo que generaban y de lo lucrativas que podían ser en el mercado de las licencias. En fin, estaba cantado que Illumination Entertainment daría luz verde a un spin-off centrado en ellas.
A la película le veo dos problemas principales. Uno es frecuente en este tipo de proyectos derivados: un personaje efectivo como secundario no necesariamente es idóneo como protagonista. Creo que los minions funcionan muy bien como elemento cómico de slapstick puntual pero no tanto cuando deben sostener el peso de la trama. Es más, creo que ocurre como con esos niños que, al saber lo adorables que resultan, exageran esas cualidades intencionadamente hasta el punto de que el encanto se evapora.
El segundo problema es propio de la saga. Sabemos, y nos lo recuerda la voz introductoria del film, que los seres amarillos tienen como propósito vital servir al más malvado de los villanos. Aquí los vemos al servicio de un Tyrannosaurus rex, de un cavernícola y hasta de Napoleón. Si hasta principios del XIX no tenían problema en ayudar a tiranos, supongo que también habrán sido cómplices en monarquías absolutas, dictaduras y tendencias autoritarias varias. No sería descabellado imaginarlos a la vera de Hitler, los Jemeres Rojos o el senador Joseph McCarthy en la caza de brujas.
Por supuesto, el guionista Brian Lynch sabía de sobra que por ahí no podía ir así que, tras Bonaparte, los encierra en una cueva donde se mantienen alejados de las atrocidades del mundo hasta reemerger en los años 70 del siglo XX, momento en el que conocen a una villana de cómic al estilo de Gru. Aun así, la villana en cuestión causa más de un estrago al orden establecido, así que, para limpiar su imagen en un ejercicio un tanto absurdo que contradice la naturaleza de los personajes, acaban pasándose a la defensa de la monarquía británica -¡nada menos!- a la espera de conocer a Gru y volver a las andadas con el resultado que ya conocemos de los dos films anteriores.
Si la trama es un disparate -cosa que de ningún modo escribo como un cumplido-, la estética y el tipo de animación vuelven a ser tan convencionales como de costumbre en Illumination. Hay un breve pasaje al inicio en 2D en el que atisbo trazas de búsqueda artística. También hay un pasaje que ilustra una revisión del cuento de los tres cerditos con un 3D a menos fotogramas por segundo -o con algún tipo de tratamiento- que parece preludiar el que tan buenos resultados le dio a Sony Pictures Animation en Spider-Man: Un nuevo universo (2018). En el resto no aprecio nada reseñable, nada que no sea idéntico al resto de la filmografía del estudio hasta entonces.
En cualquier caso, predico en el desierto porque a la mayor parte de espectadores les importó poco que narración y estética sean tan flojas: Los minions se convirtió en la segunda película de animación con mayor recaudación global, solo superada en aquel momento por Frozen: El reino del hielo (2013).