Bob Clampett. Categoría: Cortometraje. |
Un corto de animación, una obra de arte en general, puede ser al mismo tiempo muy valiosa desde un punto de vista artístico y del todo inapropiada si se analiza desde nuestra perspectiva contemporánea. Coal Black and de Sebben Dwarfs es uno de los mejores cortos de la historia de la animación, o al menos de la era dorada del ‘cartoon’ estadounidense; y también un triste ejemplo del racismo que impregnaba esa misma industria.
Es una interpretación irreverente del cuento de los hermanos Grimm que, debido a su popularidad, también parodia algunos elementos de Blancanieves y los siete enanitos (1937), el primer largometraje de Disney. La revisión se apoya en tres aspectos principales: los protagonistas son afroamericanos, la acción transcurre durante la Segunda Guerra Mundial y las alusiones sexuales son constantes.
La obra forma parte de The Censored Eleven, los once cortometrajes de Warner Bros. Cartoons que dejaron de emitirse en televisión en 1968 y que, por esa misma razón, no han sido editados en formato doméstico y han tenido una difusión muy limitada desde entonces. En efecto, no parece muy apropiado que se incluya en los bloques de programación apta para la infancia, pero es una pena que no esté fácilmente al alcance de espectadores adultos y/o estudiosos del cine y la animación: además de por su interés artístico, permite analizar y denunciar el racismo de la época.
De hecho, más allá de sus personajes afroamericanos estereotipados, Coal Black and de Sebben Dwarfs es políticamente incorrecto en prácticamente cualquier aspecto. Basta con fijarse en el anuncio de Murder Inc., la organización criminal que cobra un dólar por encargo, medio por un enano y nada si se trata de un japonés -Estados Unidos acababa de entrar en la segunda contienda mundial justamente por el ataque japonés a Pearl Harbor-. En fin, nada que sorprenda si se conoce la filmografía del guionista Warren Foster y del director Bob Clampett.
Y por supuesto, los elementos sexuales dan por sí solos para un artículo académico, aspecto que culmina en los nada inocentes besos que tratan de revivir a la sexualizada Blancanieves afroamericana, acompañados por una de las mejores ideas del corto: un solo de trompeta.
A pesar de su evidente racismo, la obra es esencial en el ámbito animado por su ingenio, su brillante animación y diseño de personajes y su excelente banda sonora de jazz.
Su controvertido contenido no impidió que fuese votado como uno de los mejores cortos de la historia por más de un millar de profesionales de la animación para el libro editado por Jerry Beck, The 50 Greatest Cartoons (1994), donde acabó en el puesto 21. En el análisis que sucede a la presentación del corto, Michael Barrier escribe: “los personajes son negros porque la idea de este dibujo animado nació cuando Clampett vio la revista de Duke Ellington ‘Jump for Joy’ en 1941. Durante el trabajo en Coal Black, según recuerda el animador Virgil Ross, ‘íbamos al east side, al distrito negro, para ver los clubs nocturnos y los bailes’. Lo que Clampett encontró en esos intérpretes y bailarines negros era el verdadero tema del filme: energía. Trasladó esa exuberancia en una animación cuya vitalidad no tenía precedentes por entonces y no ha sido igualada desde entonces”.
En un tercer texto titulado “cartoons controvertidos”, la publicación evidencia esa misma cuestión: “La obra maestra de Bob Clampett es posiblemente el mayor ejemplo de un dibujo animado de su tiempo, y como la mayoría de ‘cartoons’ de la era dorada de la animación en Hollywood, está lleno de racismo, sexismo y contenido violento, un material que sería completamente inaceptable en un dibujo animado producido hoy. El filme de Clampett es un ejemplo particularmente obvio de parodia racial y es difícil para muchos espectadores ver más allá de esos estereotipos”.
No obstante, defiende la inclusión del corto en su lista al considerar que sería “estúpido suavizar nuestra historia y hacer creer que esos ‘cartoons’ -y esa era- nunca existieron. (…) Esos ‘cartoons’ son racistas porque el país era racista. Eliminar cualquier material que ahora se considera inaceptable supondría quitarles a los dibujos animados su identidad, quitarles una de sus más importantes características”.
En Looney Tunes and Merrie Melodies: Complete Illustrated Guide to Warner Brothers Cartoons (1989), el libo de Jerry Beck y Will Friedwald, el corto es descrito como “una obra maestra de Bob Clampett y, ciertamente, uno de los mejores dibujos animados jamás realizados por Warner Bros. Una parodia ‘blackface’ de Blancanieves y los siete enanitos, de Disney, contada con rimas y actualizada con temas bélicos, sexo y jazz”.