Hugh Harman. Categoría: Cortometraje. |
En una era dominada por los cortometrajes animados cómicos, MGM y Harman-Ising Productions se atrevieron con una obra esencialmente dramática que es también un alegato pacifista. Tristemente, cuando se estrenó en Estados Unidos el 9 de diciembre de 1939, hacía unos meses que había estallado en Europa la Segunda Guerra Mundial. De hecho, poco más de dos años después los estudios de animación de Hollywood dedicaban parte de sus esfuerzos a producir obras de propaganda bélica, por encargo del Gobierno o por voluntad propia. Su mensaje antibélico no ha perdido nada de su vigencia, pero es comprensible que sus responsables sintieran entonces que había sido un esfuerzo baldío.
Peace on Earth comienza como uno de los tiernos cortos que Disney llevaba más de una década creando. Es Navidad, un coro canta en la nieve y el abuelo llega a casa para visitar a sus adorables nietos. Sin embargo, la batallita del anciano es un terrible relato de cómo los humanos se extinguieron a causa de su afición por la guerra. Desde entonces, el mundo ha sido reconstruido por los animales, que viven en harmonía desde entonces y han usado los cascos de los soldados muertos para edificar sus cálidos hogares.
Aunque la parte protagonizada por los animales, de corte fantástico, sí continua la tradición de la era dorada del ‘cartoon’ hollywoodiense, los fragmentos que ilustran la guerra optan por un realismo que se anticipó al de Fleischer Studios para la saga Supermán y por una dramática puesta en escena prácticamente insólita para una producción animada de un gran estudio.
El corto fue votado como el cuadragésimo mejor de la historia por más de un millar de profesionales de la animación para el libro editado por Jerry Beck, The 50 Greatest Cartoons (1994). La publicación incluye la siguiente reseña de la revista Parents: “la técnica es impresionante dado que combina realismo y fantasía de un modo que tira por la borda todas las tradiciones del oficio de los dibujos animados. Escenas de soldados marchando, tanques estruendosos, aviones bombardeando, catedrales en ruinas y tierras de nadie dan la delicada impresión de aguatintas y fotograbados. Los contornos de los personajes se fusionan agradablemente con los fondos de fantasía y hay un fluir del movimiento que enfatiza la naturalidad. La técnica del sonido es tomada prestada del realismo de los largometrajes y, junto a la exquisita banda sonora, crea un indudable tono emotivo”.
Fue nominado en la categoría de mejor cortometraje de animación en los Oscar de 1939, la edición en la que ganó El patito feo (1939), producción de Disney dirigida por Jack Cutting y Clyde Geronimi.
Gran reseña sobre un corto que me fascina.
El cortometraje tuvo remake en 1955 bajo el título Good Will to Men, realizado en Cinemascope y dirigido por William Hanna y Joseph Barbera -poco antes se salir de MGM y comenzar su carrera exitosa ena televisión.
Gracias por pasarte por aquí, Adrián.