Derek W. Hayes y Stanislav Sokolov. Categoría: Película. |
Relato animado de la vida de Jesús que, como anticipa su título, se centra en sus milagros. Por supuesto, reserva para el final el más espectacular de todos, su resurrección. Dado que no estoy muy versado sobre religión, me centraré en sus aspectos artísticos y, especialmente, en la animación. No obstante, no veo nada aquí que pueda incomodar mínimamente a los cristianos, así que imagino que tendrá el visto bueno de las diversas iglesias. De hecho, el DVD editado en España por Karma Films incluye la frase “Mel Gibson presenta”, así que fue comercializada con el público católico en mente.
El hombre que hacía milagros combina el stop motion realizado por el estudio ruso Christmas Films y la animación tradicional del estudio de Gales Cartwn Cymru. Los muñecos animados con stop motion protagonizan la mayoría del metraje. La animación 2D es empleada para los flashbacks -supongo que con el propósito de distinguirlos claramente del tiempo presente de la ficción- y para ilustrar ciertas parábolas, milagros y, en general, escenas que hubieran sido muy complejas con stop motion.
Las transiciones entre una y otra técnica están bien realizadas y funcionan bien, pues se nota que la animación tradicional fue realizada a partir de los modelos en stop motion. Además, ambos tipos de animación sirven bien a la historia contada. El 2D no es particularmente artístico pero resulta eficaz. Las escenas con stop motion, en cambio, son bastante más ambiciosas e incluyen varias escenas con multitud de personajes, así que debieron de ser muy laboriosas para el equipo de animadores. En fin, sin ser un prodigio de sofisticación, está bien animada.
Lo que aleja El hombre que hacía milagros del más brillante cine sobre religión -pienso, por ejemplo, en la maravillosa Francisco, juglar de Dios (1950), de Roberto Rossellini– es, por una parte, su convencional puesta en escena, en la que no aprecio espiritualidad alguna; y, por otra, su afán por incluir multitud de pasajes de la vida de Jesús, de modo que no profundiza en ninguno de ellos. Da la sensación de ser un resumen que pretende, en solo hora y media, ilustrar los momentos más destacados de la vida del más importante personaje de la literatura, empresa que implica una excesiva simplificación.